En este trabajo se presentan los resultados de la gestión patrimonial desarrollada por el Departamento de Arqueología de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación (Uruguay) en un predio ubicado en el casco histórico de Montevideo. El área involucrada se destaca por su relevancia histórico-patrimonial, dado que allí se emplazaba la primera construcción defensiva de la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo. Presenta asimismo, una intensa dinámica de transformación en lo urbano y lo social, poniendo de manifiesto la complejidad de los contextos urbanos y la necesidad de conocer los procesos de formación involucrados. Se destaca, por un lado, la localización de una estructura muraria diagnosticada como perteneciente a una construcción interna del Fuerte San José (siglo XVIII); por otro, el hallazgo de un relicto de yacimiento fosilífero asociado a las transgresiones marinas acaecidas durante la transición Holoceno Medio-Tardío y por último, las coordinaciones entre los diferentes actores involucrados que permitieron definir medidas correctoras de impacto, asegurando la salvaguarda del patrimonio cultural y natural.
The current paper shows the results of the heritage management developed by the Archaeological Department of the Cultural Heritage Commission’s Office (Uruguay), in an area located in the Montevideo’s historical centre. The goal was to diagnose the archaeological evidences which were found during a building’s construction. It was also defined appropriate protection’s measures for this heritage. The area involved in the investigation stands out for its heritage relevance. There it was located the first defensive building in the city of San Felipe y Santiago de Montevideo. It is also presented as a very dynamic area, taking into account its urban and social transformation, highlighting the complexity of urban settings and the need to understand the formation processes involved. We highlight the following results: firstly, it was localized an important structure, a foundation that was identified as belonging to an internal construction of San José Fort (XVIII century); secondly, it was identified a fossil relict associated with marine transgressions occurred in the Middle-Late Holocene; and at last, the coordination instances among different actors which allowed to define corrective measures impact, ensuring the safeguarding of our cultural and natural heritage.
Neste trabalho se apresentam os resultados da gestão patrimonial desenvolvida pelo Departamento de Arqueologia da Comissão de Patrimônio Cultural da Nação (Uruguai) em um prédio localizado no centro histórico de Montevidéu. A área envolvida se destaca pela sua relevância histórico-patrimonial, porque ali se localizava a primeira edificação defensiva da cidade de San Felipe y Santiago de Montevideo. Apresenta também uma dinâmica intensa de transformação urbana e social, destacando a complexidade dos contextos urbanos e a necessidade de entender os processos de formação envolvidos. Destaca-se, de um lado, a localização de uma estrutura murária diagnosticada como pertencendo a uma construção interna do Forte San José (século XVIII) e, de outro, a descoberta de um relito de jazida fóssil associado às transgressões marinhas acontecidas durante a transição do Holoceno Médio para o Tardio e, por último, as coordenações entre os diferentes atores envolvidos que permitiram definir medidas corretivas do impacto, garantindo a salvaguarda do patrimônio cultural e natural.
El propósito de este artículo es dar a conocer los resultados alcanzados por el Departamento de Arqueología de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (en adelante CPCN) – Ministerio de Educación y Cultura (en adelante MEC), a partir de la investigación realizada, en un marco integral de gestión patrimonial, de un componente del sistema de fortificación colonial de la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo, el Fuerte San José. Este sistema, constituyó una de las más importantes obras de arquitectura militar de la corona española en estas latitudes del continente. Su construcción implicó un período aproximado de cien años, desde principios del siglo XVIII hasta inicios del siglo XIX.
Un aspecto a destacar en relación al área en estudio, es por un lado, su condición de sitio donde la dimensión cultural y natural se unen confiriendo valor patrimonial y por otro, la posibilidad de reconstruir la intensa dinámica urbana que caracteriza a este casco histórico, así como los diferentes momentos de su ocupación.
La investigación se lleva a cabo en el Padrón nº 2475 de Ciudad Vieja, a partir de la aparición de evidencia arqueológica en una obra de construcción edilicia. Esta intervención se realiza en el marco de los cometidos de la CPCN en caso de hallazgos de bienes arqueológicos durante el transcurso de una obra.
En este caso, la preservación y protección de los bienes patrimoniales se integra con la producción de conocimiento. La actuación arqueológica involucró las siguientes acciones: relevamiento documental; identificación, registro y diagnóstico de entidades arqueológicas; coordinación entre los actores involucrados, definición de medidas correctoras del impacto y de puesta en valor.
La valoración del carácter patrimonial de Ciudad Vieja deriva de su condición de espacio constituido por una “suma de épocas”, donde todas ellas aportan de diferente modo, reflejando la dinámica de su desarrollo histórico y urbano (Intendencia Municipal de Montevideo 2003). Asimismo podemos afirmar que un elemento que le da singularidad y que distingue a esta zona de Montevideo, es su carácter de área fundacional y centro portuario y financiero, constituyendo así un espacio único e irrepetible (Mata et al. 2010).
Dada la diversidad y complejidad de los contextos urbanos, para su abordaje, resulta necesario definir escalas de análisis espaciales y temporales en función de la problemática a afrontar. En este caso, desde un enfoque espacial y sistémico, asumimos como escala macro el casco histórico de Montevideo, entendiéndolo como una unidad significante, acotada territorialmente, que involucra una concentración de actuaciones a lo largo del tiempo. Por otro lado, la escala micro, queda definida por el área donde se desarrolla el emprendimiento que nos convoca (Zarankin 1996; Acuto 1999; Valladao 2001; Olmos 2003).
Una de las características del registro arqueológico urbano es su continuidad espacial y temporal, caracterizado por procesos de formación (naturales y culturales) sumamente complejos (Zarankin 1994, 1996; Morales et al. 2003; Quirós 2005). En este sentido, en los últimos años, la acelerada transformación que afecta a las áreas urbanas en general, sumado a las nuevas demandas económicas, turísticas y sociales, presentes específicamente en este territorio, han generado situaciones de compleja resolución en relación a la preservación de las entidades arqueológicas (Mata et al. 2010). Esta intensa dinámica, refuerza la importancia de conocer la historia de formación del registro, a los efectos de jerarquizar los espacios en función del potencial de los mismos (Zarankin 1994, 1996; Morales et al. 2003; Quirós 2005).
Nos posicionamos desde un enfoque integral de la gestión del patrimonio arqueológico, concebida ésta como una cadena de procedimientos que incluyen identificación, documentación y registro, valoración arqueológica y patrimonial, puesta en valor e interpretación; compatibilizando la preservación y protección de los bienes patrimoniales, la generación de conocimiento y la difusión del mismo (Criado y González 1994 y Criado 1996).
El Departamento de Arqueología, recibe a fines del 2010, la preocupación de un vecino de Ciudad Vieja, que denuncia hallazgos arqueológicos en la obra ubicada en Cerrito y Guaraní (Figura 1). Inmediatamente se inician coordinaciones con los arquitectos responsables, con el objetivo de realizar el diagnóstico del área involucrada; determinar la relevancia arqueológica y patrimonial de los hallazgos; así como definir y coordinar las medidas de protección.1
El emprendimiento ocupaba dos padrones y consistía en la construcción de un edificio de oficinas de cuatro niveles sin subsuelo. Al momento de iniciar la actuación, se constató que en el padrón 2.475 (217 m2) la afectación del sustrato era significativa. Se habían finalizado cinco zanjas de cimentación que atravesaban el ancho del predio llegando al nivel de roca madre (ver más adelante). Según las características del proyecto, en el padrón 2.476 (220 m2) no se realizarían intervenciones en el subsuelo; por consiguiente, no se incluyó su abordaje en las actividades de campo. Cabe señalar que en otro marco de actuación, se habrían investigado ambos como una unidad.
Las instancias de coordinación entre las partes involucradas resultaron imprescindibles para acompasar las actividades arqueológicas con las propias de la obra y garantizar la protección de los vestigios encontrados.
Se procedió al relevamiento, sistematización y análisis de fuentes documentales primarias y secundarias, en especial las cartográficas, fotográficas e iconográficas, realizando un análisis crítico de las mismas. Con el objetivo de generar hipótesis a ser contrastadas en el trabajo de campo, aproximarnos a las características de las entidades arqueológicas posibles de ser halladas y conocer la dinámica urbana del área. Se consultaron fuentes primarias en los siguientes archivos: Archivo General de la Nación, MEC; Archivo de la Ciudad, Intendencia de Montevideo (en adelante IM); archivo Histórico Cabildo de Montevideo, IM y archivo documental de la CPCN. Paralelamente se analizaron los antecedentes de investigaciones arqueológicas en relación al Fuerte San José.
Entre 1724 (14 de febrero) y 1725 se construye la “Batería de San Felipe” (luego Fuerte San José) sobre la línea de costa, en un punto estratégico que permitía el dominio de la Bahía. Fue proyectada por el Capitán de Ingeniero Domingo Petrarca, descripta de tierra y fagina, artillada con 10 cañones de a 24 (Figura 2), constituyendo un hito en el proceso fundacional de San Felipe y Santiago de Montevideo.
Como muestra el plano de la figura 3, en 1741 se modifica la construcción original, se define en su centro una plaza de armas y se construyen edificios en su interior destinados a polvorín, cocina, armería y cuarteles. El edificio tenía un perímetro con forma de polígono irregular con un ángulo saliente hacia el oeste, presentando hacia el este la única puerta de acceso, se le diseña también foso y revellín. A partir de este momento se lo conoce con el nombre de “Fuerte San José”.
Contamos para el año 1797 con la siguiente descripción: “El Fuerte de San José es de piedra y cal, sus murallas están en mediano estado, pero sumamente bajas… los edificios que tiene… Su construcción es de piedra y barro revocado con cal, cubierto de teja y el piso de tierra, excepto el repuesto de Pólvora que está enmaderado, siendo éste y el Calabozo de azotea” (García Martínez de Cáceres 1797, en Gardone 1965:148).
El recinto estaba fuertemente artillado, según la referencia manejada figuran 10 o 30 cañones, que cruzaban fuego con la batería de la “Isla de Ratas” defendiendo la entrada a la bahía (Arredondo 1951; Menck Freire y Varese 1996). En la época republicana se le adosaron construcciones, como las piezas de azotea del cuerpo de guardia, los galpones y los cuartos de madera (Fernández Saldaña 1939). Así como también, del análisis cartográfico se deduce que entre 1832 y 1864 se rellena el foso y demuele el revellín (Figura 4)
Durante el gobierno del dictador Latorre, en 1878 se resuelve su demolición, la misma finaliza en 1880, respondiendo al estado ruinoso que presentaba el Fuerte (Figura 5) y a la necesidad de ensanchar y ampliar la ciudad, como lo testifica la siguiente cita: “Satisfaciendo pedidos legítimos, el Superior Gobierno ha determinado que se derrumbe la Bateria del Fuerte San José, que significa prolongar las calles Piedras y Guarany que se terminaran hasta la costa del mar.” (Memoria de la Comisión de Obras Públicas de la Junta Económica – Administrativa, años 1876-1877 y 1878, en Pérez Montero 1955:108). Asimismo ente 1878 y 1880 se decide también demoler otros edificios emblemáticos del poder colonial como: la Casa del Gobernador (que oficiaba de sede del Poder Ejecutivo); lo que restaba de la Ciudadela (utilizada como Mercado Viejo) y el Cuartel de Ingenieros (que alojaba la Casa de la Moneda).
En relación a los diferentes usos y destinos adjudicados a esta edificación podemos mencionar:
El análisis cartográfico revela que el emplazamiento del Fuerte San José corresponde, en el actual trazado de la ciudad, a las siguientes calles y manzanas: 1) sector suroeste de carpeta catastral 11; 2) sector sureste de carpeta catastral 7; 3) mitad este de carpeta catastral 8; 4) sector oeste de carpeta catastral 12; y 5) los sectores adyacentes de las calles Guaraní, Piedras y Cerrito (Figura 6).
En relación a los materiales utilizados en la construcción, para la Batería de San Felipe figura el uso de “tierra y faxina” (ver Figura 2). Posteriormente, en la obra de ampliación del Fuerte, se emplea como mampuesto de los muros perimetrales piedra canteada con mortero de arena y cal y en los edificios internos (polvorín, calabozo, repuesto de víveres, cuartos de guardia) piedra con mortero de barro y revoque de cal (según García Martínez de Cáceres 1797). Este dato se ratifica en el plano del Fuerte de 1867 realizado por el Ing. Capurro (ver Figura 4).
La actual trama urbana de Ciudad Vieja se conforma en el siglo XVIII, sobre la base de un damero indiferenciado. La estructura de asentamiento sigue los lineamientos impuestos por las Leyes de Indias, correspondiéndole a la Plaza el modelo de ciudad territorio. En 1724, Petrarca delinea sobre la ribera del puerto las primeras seis manzanas de 86 m de lado y calles de 10 m de ancho. Dos años después, se delinean otras 26 proyectadas por Pedro Millán, conservando la orientación y las dimensiones. El tejido urbano queda definido entonces por un damero conformado por manzanas orientadas a “medios rumbos” para aprovechar el asoleamiento (Chiancone 1997; IMM 2003).
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, el crecimiento urbano hacia el este, es acotado por la construcción del frente de tierra del sistema de fortificación, en consecuencia, se invierte el sentido del mismo avanzando hacia el oeste. La traza urbana queda limitada por el trazado de la fortificación, generándose manzanas de formas irregulares sobre los límites de la misma.
Desde la segunda mitad del siglo XIX, el área en estudio se caracteriza por presentar una intensa transformación, como lo refleja la cartografía analizada. Este proceso trae aparejado la planificación y ejecución de diversidad de obras, entre las que se destacan por su relevancia en la modificación del paisaje urbano: la construcción de muelles privados, terrenos ganados al mar (con la consiguiente modificación de la línea de costa), el trazado de nuevas manzanas, la apertura y continuación de calles y la demolición de vestigios del sistema de fortificación (Figura 7).
La traza urbana primigenia del entorno inmediato al Fuerte, puede ser leída, en la estructuración actual del tejido, debido a que han perpetuado relictos de la misma. Es el caso de la placita triangular “Antonio Gradin” sobre la calle Cerrito y de la calle Isla de Lobos al este, que delimita una manzana rectangular más pequeña (ver Figura 6).
La dinámica urbana continúa de forma ininterrumpida hasta el presente, respondiendo a las nuevas demandas y presiones propias de un área portuaria, administrativa y financiera, clave para la economía nacional.
En la última década del siglo XIX, ocho años después de la demolición del Fuerte, se ejecuta una obra edilicia que comprende los padrones involucrados en esta investigación. La documentación consultada en relación a las viviendas proyectadas (planos, cortes, memoria descriptiva) aportó información en relación al sistema de construcción, tipología edilicia y materiales empleados en las viviendas típicas de fines de siglo XIX (Figuras 8 y 9). Un aspecto a destacar de la memoria descriptiva es que no menciona la demolición, ni la reutilización de vestigios del Fuerte.
En relación a la revisión de antecedentes arqueológicos en la zona donde se emplazaba el Fuerte San José, mencionamos el proyecto de investigación “Excavación Arqueológica del Fuerte San José”, ejecutado en el año 2005 bajo la responsabilidad de la Lic. Elizabeth Onega (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación – Universidad de la República) (en adelante FHCE/UdelaR). Esta investigación se origina como consecuencia de una obra de reciclaje de cuatro viviendas de 1890, ubicadas en el padrón contiguo al del presente estudio. A manera de síntesis destacamos:
“… la existencia de una traza en sentido este-oeste, correspondiente a los cimientos de un muro, que de acuerdo al plano de construcción del Fuerte, pertenecería al muro externo de la pared sur del mismo. Lo cual se corresponde tanto con la estructura militar del Fuerte, constituida por un muro externo, un foso y un muro interno; como con su ubicación espacial, de acuerdo a los resultados obtenidos, mediante la superposición del diagramado actual de la ciudad de Montevideo, a planos coloniales de la Ciudad. Se han recuperado elementos de la cultura material (metal, vidrio, loza, cerámica, restos de alimentación) correspondientes a diversos eventos de ocupación ubicados cronológicamente entre el siglo XVIII al XX” (Onega y Menéndez 2009:323).
Se interviene con el objetivo de identificar, documentar y diagnosticar los hallazgos arqueológicos presentes; determinar su relevancia arqueológica patrimonial y definir las medidas de protección a implementar en coordinación con los actores involucrados.
Al momento de iniciar nuestra actuación la empresa constructora ya había realizado cinco zanjas con retroexcavadora. Las mismas alcanzaban una dimensión aproximada de 10 m largo, 3 m ancho y 1 m de profundidad, desarrollándose en sentido NEE-SWW, llegando al nivel de la roca madre (caracterizada litológicamente como Gneiss – Formación Montevideo) (Figura 10). En este contexto las actividades programadas por el Departamento de Arqueología consistieron en: registro fotográfico; limpieza de zanjas y perfiles; análisis estratigráfico de los perfiles; registro gráfico, ubicación planimétrica y altimétrica, y descripción de las estructuras halladas (elementos constitutivos, morfología, asiento y materiales culturales asociados).
Las viviendas construidas alrededor de 1890 fueron demolidas a fines del siglo XX, utilizándose por un período aproximado de 100 años. La cultura material registrada en relación a dicha edificación, consiste fundamentalmente en vestigios inmuebles, entre otros mencionamos: tramos del muro medianero, cimentación de paredes, pavimento y paredes del sótano. Asimismo se relevaron restos muebles como: caños de gres para desagüe y sanitaria en posición primaria y áreas de acumulación contemporáneas (conformadas por materiales de construcción provenientes de la demolición de la casa) generadas para nivelar y rellenar el sótano de la vivienda. La orientación de los cimientos y paredes de la vivienda se corresponde con la ortogonalidad característica de las manzanas delineadas a posterior de la demolición del Fuerte.
En ambos perfiles de la Zanja 4 se identifica la sección de una estructura muraria que asienta en la roca madre. Presenta un espesor de 1,33 m y está compuesta por piedras irregulares unidas con mortero de barro. Las dimensiones de los mampuestos oscilan entre 42 x 30 x 18 cm y 8 x 6 x 2 cm, predominando las que promedian 25 x 19 x 6 cm.
Asimismo, en la Zanja 5, encontramos la continuidad de la estructura, presentando una orientación N-S. A los efectos de definir su continuidad hacia el S se delimita un área a excavar que no había sido alterada por la obra, de 2,70 x 2,70 m, ubicada al S de la Zanja 4. El cimiento se presenta a 20 cm de profundidad cubierto por un estrato de relleno moderno. En parte oficiaba de firme para la cimentación de la casa del siglo XIX (Figura 11). De la estructura muraria se despeja en total un largo de 7,70 m, presentando sectores en mal estado de conservación, con falta de mampuestos (afectados por la construcción de la vivienda del Siglo XIX) y otros en buenas condiciones de preservación.
A partir del análisis de las fuentes documentales, de las características constructivas, de la orientación y del análisis estratigráfico, la estructura muraria encontrada es diagnosticada como perteneciente a la cimentación de una de las construcciones internas del Fuerte San José (Figura 3).
Se analiza la secuencia estratigráfica, con el objetivo de definir las acciones constructivas que crearon las unidades estratigráficas (en adelante UE) y las relaciones que mantienen a nivel espacial y cronológico. Si observamos la figura 13, la interfase UE 16 corta a los estratos de conchillas (UE 17 y 19) a fin de alcanzar el firme (UE 21) para construir el cimiento colonial (UE 12). Por lo tanto se infiere como actividad relacionada a la construcción de este cimiento, la remoción de un depósito natural de conchillas hasta la roca madre. La misma no presenta evidencia de haber sido preparada para realizar esta actividad.
Asimismo, la lectura estratigráfica permite reconocer como acciones constructivas vinculadas a la vivienda del siglo XIX:
El análisis del perfil estratigráfico (ver Figura 13) y de las tablas 1 y 2 (que ilustran las relaciones temporales y físicas de las UE y caracterizan los materiales constructivos), permiten entender los diferentes momentos de ocupación asociados al área de estudio, aproximándonos a la cronología de estos eventos y a las acciones constructivas y destructivas involucradas en este proceso (Harris 1991; Blanco 1998; Azkarate 2002).
Los restos materiales recuperados son escasos (restos óseos, fragmentos de vidrio, metal y cerámica, entre otros), asociados a las remociones y movimientos de tierra realizados previos a nuestra actuación, o a las áreas de relleno producto de la demolición de la vivienda del siglo XIX y posterior nivelación. Asimismo no se recuperó material cultural mueble asociado a la estructura colonial.
Un aspecto a destacar, debido a que nos encontramos en un sitio urbano asociado a una intensa dinámica de ocupación, es la presencia de un depósito natural de conchillas (Figura 14) que se presenta sin alteración (salvo los impactos provocados por las cimentaciones de la vivienda del siglo XIX y del Fuerte San José). Este depósito se desarrolla en horizontal cubriendo la mitad norte del predio, en la mitad sur, fue afectado en su totalidad por el sótano de la vivienda del siglo XIX. Su potencia varía desde los 36 cm, en el perfil N de la Zanja 3, a 48 cm en los perfiles de la Zanja 5.
Este hallazgo se destaca a nivel paleontológico por su relevancia, y remarca la importancia de los abordajes interdisciplinarios.
Con el objetivo de registrar, caracterizar y profundizar en el análisis del depósito de conchillas (determinar procedencia, tipo de especies, datación, entre otras) se convocó la visita al área del Dr. Sergio Martínez (Facultad de CienciasUdelaR), especialista en el tema. Presentamos a continuación los resultados alcanzados.
Se analizó una sub-muestra de 3 dm3 tomada al azar de las muestras extraídas del yacimiento fosilífero (depósito de conchillas). Los fósiles se encuentran sin orientación preferencial. La asociación de fósiles encontrada está compuesta fundamentalmente por moluscos, los que corresponden a las siguientes especies: Bivalvia: 1) Mytilus edulis; 2) Ostreola equestris; y Gastropoda: 1) Tegula patagonica; 2) Echinolittorina lineolata; 3) Lottia subrugosa; 4) Urosalpinx haneti; 5) Siphonaria lessoni.
Las valvas de Mytilus edulis son las más abundantes, siguiéndole en número y volumen las de Ostreola equestris. Los gasterópodos Lottia subrugosa y Siphonaria lessoni ocupan el tercer lugar, y las tres especies restantes están apenas representadas por un ejemplar o dos. Los bivalvos se encuentran desarticulados, en el caso de Mytilus edulis, naturalmente más frágil, están fragmentados. También se hallan ocasionalmente placas de balánidos y el icnofósil Oichnus sobre algunas conchillas.
Una de las fuentes documentales consultadas que refiere hallazgos similares para el área estudiada corresponde a la crónica de d’Orbigny (1842), quien señala el hallazgo durante el siglo XIX, de un yacimiento fosilífero a tres cuadras del Fuerte San José. Identificando en las muestras recogidas las siguientes especies (nomenclatura textual, entre paréntesis la misma actualizada): Natica Isabelleana [Notocochlis isabelleana]; Trochus patagonicus [Tegula patagonica]; Siphonaria Lessonii [Siphonaria lessoni]; Buccinum deforme [Buccinanops deformis]; Acmaea subrugosa [Lottia subrugosa]. En la crónica se menciona que la capa de conchillas apoya sobre el gneiss. Así como también que, al pie del Cerro de Montevideo, del otro lado de la bahía y a la misma profundidad se encontraría un afloramiento similar conteniendo (nomenclatura textual, entre paréntesis la misma actualizada): Buccinanops globulosus [Buccinanops globulosus]; Ostrea puelchana [Ostrea puelchana]; Mytilus edulis [Mytilus edulis] (d’Orbigny 1842).
Comparando estas referencias con las especies encontradas en la muestra tomada, faltan en nuestra lista las dos especies de: Buccinanops y Natica isabelleana; encontrándose como nuevas en esta oportunidad para estos afloramientos Echinolittorina lineolata y Urosalpinx haneti. Estas diferencias seguramente se deben al muestreo.
Por otro lado, Larrañaga menciona una “formación de Mytilus” en los depósitos que “rodean Montevideo y siguen su costa”, “a unas 500 varas de la costa” (Larrañaga 1894). No hemos encontrado para la Ciudad Vieja, referencias posteriores en relación a estos depósitos fosilíferos, probablemente debido a la urbanización.
No se han datado aún ejemplares del Fuerte San José, el afloramiento más cercano con una edad numérica es el (hoy urbanizado) de Punta Carretas, con una edad 14C sobre conchilla (Martínez y Rojas 2013) de 3.815 ± 61 años, 3.678 - 3.844 años AP calibrados (1 sigma) con Calib 6.0 (1.729 – 1.894 años cal AC) (Stuiver y Reimer 1993).2
Ninguno de los moluscos hallados se encuentra viviente hoy en día en Montevideo, sin contar apariciones esporádicas. De acuerdo con Scarabino y colaboradores, las especies que se encuentran hoy en día son: Heleobia spp., Parodizia uruguayensis, Cylichnella bidentata, Buccinanops deformis, Buccinanops cochlidium, Erodona mactroides, Mactra isabelleana, Tagelus plebeius, Brachidontes dawinianus, Mytella charruana, Ostrea puelchana (Scarabino et al. 2006a, 2006b).
Los mismos autores señalan a todas las especies del Fuerte San José como viviendo actualmente en sustratos consolidados (rocosos mayormente) de la costa Atlántica. Mytilus edulis también se encuentra en sustratos inconsolidados pero en su ecotipo marrón. En nuestro caso, los ejemplares corresponderían al ecotipo azul, propio de fondos duros. Los moluscos encontrados viven desde el intermareal hasta unos 15 m de profundidad.
En conclusión, estamos ante la presencia de una asociación de moluscos fósiles con características equivalentes a las asociaciones actuales de sustratos duros de la costa atlántica uruguaya (esto es, con salinidad de tipo marino).
El fondo duro seguramente lo proporcionó el gneis aflorante en la costa de Montevideo, que incluso se observa en las intervenciones realizadas. De acuerdo a las características tafonómicas y del sedimento, los moluscos se habrían depositado en un ambiente de playa lindante a las rocas, posiblemente debido a la acción de tormentas. Si bien no hay una edad numérica específica para este yacimiento, podría trasladarse provisoriamente la del afloramiento más cercano (de 3.815 ± 61 años 14C). Durante esta parte del Cuaternario, se registra en Uruguay una oscilación positiva del nivel del mar, con un retroceso del frente estuárico de más de 300 km (Martínez y Rojas 2006; Martínez et al. 2006).
El Departamento de Arqueología, al actuar en el marco del artículo 14 de la Ley 14.040, se enfrenta a problemáticas de compleja resolución en relación a la preservación del patrimonio arqueológico, debido a que, en general, en este tipo de intervenciones:
A pesar de estas limitaciones, es importante resaltar que se intenta transitar en un marco de gestión integral del patrimonio, involucrando el diagnóstico, la valoración patrimonial, la definición de medidas correctoras y la difusión de la información generada (Mata et al. 2010, 2013).
En la gestión de este caso en particular, destacamos la coordinación establecida entre los actores involucrados: propietario del emprendimiento, empresa constructora, arquitectos proyectistas y técnicos de la CPCN. Resultando como producto de esta negociación:
Estudios de este tipo reafirman la relevancia patrimonial del área de Ciudad Vieja, y confirman la potencialidad que presenta como fuente de información arqueológica, histórica, urbana y paleoambiental; permitiéndonos profundizar en el conocimiento de sus diferentes ocupaciones y valores patrimoniales.
La gestión patrimonial realizada, además de aproximarnos al conocimiento de uno de los componentes del sistema de fortificación colonial, garantizó, a partir de la implementación de medidas correctoras, la protección y conservación de las entidades arqueológicas y paleontológicas encontradas.
A manera de síntesis, destacamos el hallazgo correspondiente al cimiento de una construcción interna del Fuerte San José (siglo XVIII), precisando su ubicación y aportando información relevante sobre las técnicas constructivas y la tipología muraria. Aproximándonos también a aspectos sociales vinculados a los usos y episodios constructivos asociados a esta materialidad, explicitando procesos de larga duración que ilustran acerca de la dinámica de ocupación de este territorio.
Partiendo de una mirada interdisciplinaria, el hallazgo de un estrato de conchillas asociado a las transgresiones marinas del Holoceno Medio-Tardío, resultó excepcional para el conocimiento de los procesos paleoambientales de esta área densamente urbanizada.
Por otro lado, al actuar en una obra inserta en un área urbana y expuesta a la circulación de peatones, se favorecieron instancias de intercambio con los vecinos, quienes manifestaron interés en los vestigios encontrados, proporcionándonos vivencias del lugar. Al respecto consideramos fundamental pensar a futuro estrategias que promuevan espacios de reflexión con la población local promoviendo la identificación, definición, apropiación y revalorización de su patrimonio, así como la construcción de un relato que evidencie las valoraciones colectivas e individuales sobre lo patrimonial.4
1. Las actuaciones del Departamento de Arqueología en relación a la protección del Patrimonio Arqueológico Nacional se enmarcan en la Ley 14.040 de 1971 y sus decretos reglamentarios (536/972 y 273/97). Dicha Ley determina como única figura legal de protección la de “Monumento Histórico Nacional”, en base a un concepto de afectación restringida y específica, habilitando también en el marco del artículo 14 la intervención de técnicos de la CPCN en caso de hallazgos arqueológicos durante el transcurso de obras.
2. Laboratorio: Accelerator Mass Spectrometry Laboratory, University of Arizona. Código: AA88096.
3. Se opta por esta medida de protección teniendo en cuenta el destino de este espacio como estacionamiento y el desinterés de los propietarios en dejar expuestos los restos.
4. En este sentido se ha firmado un convenio interinstitucional entre la CPCN (Departamento de Arqueología, Área de Patrimonio Inmaterial y Área de Diseño Gráfico) y la IM para ejecutar el proyecto: “Historias orales y representaciones sociales en torno al Patrimonio Cultural en Ciudad Vieja”.
Agradecemos especialmente la colaboración recibida por Ana Gamas, Magdalena Curbelo y Marcia Vignoli, estudiantes de la Lic. en Ciencias Antropológicas opción Arqueología, quienes participaron en forma honoraria en las jornadas de investigación de campo y relevamiento documental. Asimismo, agradecemos la colaboración de Rodrigo López (Área de Diseño Grafico de la CPCN), quien realizó parte del registro y relevamiento fotográfico durante las actividades de campo, así como el diseño de la cartelería. Finalmente agradecemos a Javier Prieto por su colaboración en la parte gráfica.
Acuto, F. 1999. Paisaje y dominación. La construcción del espacio social en el Imperio Inka. En A. Zarankin y F. A. Acuto (eds.), Sed non satiata. Teoría social en la arqueología latinoamericana contemporánea, pp. 33-75. Ediciones del Tridente (Colección científica). Buenos Aires.
Archivo Cabildo de Montevideo 1867-1871. Catastro del Ingeniero Juan Alberto Capurro. Dirección General de Catastro. Planos de la 2ª Sección. Intendencia de Montevideo. Uruguay.
Archivo de la Ciudad 1888. Proyecto de un edificio que se construirá en la manzana Nº - de la Ciudad Vieja, con frente Sud a la calle Cerrito y Este a la calle Guaraní. Caja 19 C. Intendencia de Montevideo. Uruguay.
Archivo General de la Nación 1864. De los terrenos adyacentes al Fuerte de San José, levantado por orden superior por el agrimensor que suscribe. M. G. de Zúñiga. Dirección General de Obras Públicas. Escribanía, Gobierno y Hacienda. Caja 223. Exp. Nº 33. Ministerio de Educación y Cultura. Montevideo.
Arredondo, H. 1951. Civilización del Uruguay. Aspectos arqueológicos y sociológicos. 1600-1900, tomo 1. Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay. Uruguay.
Azkarate, A. 2002. Intereses cognoscitivos y praxis social en Arqueología de la Arquitectura. Revista Arqueología de la Arquitectura 1:55-71. Universidad del País Vasco. Vitoria-Gasteiz. España.
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