Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana
Vol. 12, Núm. 3, Dossier: Arqueología Histórica Argentina: situaciones y perspectivas (Editores invitados: H. Chiavazza y V. Zorrilla) 2018. ISSN 2344-9918
Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina
Artículos

“¿QUÉ CONTIENE MI FRASCO?”. PRÁCTICAS DE SALUD E HIGIENE EN LA CIUDAD DE MENDOZA (FINES SIGLO XIX-PRINCIPIOS DEL SIGLO XX) A PARTIR DE LOS CONTENEDORES

WHAT CONTAINS MY JAR? HEALTH AND HYGIENE PRACTICES IN MENDOZA CITY FROM POTTERY AND GLASS CONTAINERS (END XIXTH CENTURY- EARLY XXTH CENTURY)

O QUE TEM NA MINHA GARRAFA? PRÁTICAS DE SAÚDE E HIGIENE NA CIDADE DE MENDOZA (FINAL DO SÉCULO XIX E INÍCIO DO SÉCULO XX) A PARTIR DOS CONTENTORES

Valeria Zorrilla
Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (CIRSF), Municipalidad de Mendoza / Museo Provincial de Ciencias Naturales y Antropológicas Cornelio Moyano
Karina Castañar
Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (CIRSF), Municipalidad de Mendoza
Lorena Puebla
Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (CIRSF), Municipalidad de Mendoza / Laboratorio de Arqueología Histórica. Instituto de Arqueología y Etnología, FFyL, UNCuyo
Cómo citar este artículo:
Zorrilla, V., Castañar, K., & Puebla, L. (2018). “¿Qué contiene mi frasco?”. Prácticas de salud e higiene en la Ciudad de Mendoza (Fines siglo XIX-principios del siglo XX) a partir de los contenedores. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana, 12(3), 404–433. Buenos Aires
RESUMEN:

El presente trabajo se enmarca en las investigaciones llevadas adelante en el Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (CIRSF), que desde 1995 concentra la mayoría de las investigaciones de arqueología urbana para la Ciudad de Mendoza.

Se presentan los resultados integrados de un estudio conjunto de cerámicas históricas y material vítreo provenientes de distintos puntos arqueológicos del Área Fundacional de la Ciudad de Mendoza.

Este material permite dar cuenta de diversos aspectos de la vida cotidiana y de las prácticas sociales. En este caso, el interés se centra en las actividades de salud, higiene y cuidado personal de los habitantes de la ciudad entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.

En el registro arqueológico es posible reconocer frascos de medicinas o cosméticos, jeringas y otros objetos que dan cuenta de estas actividades. Se trabajó con la publicidad en los periódicos locales y nacionales de la época para conocer al público al que iba dirigido, las propiedades publicitadas de los medicamentos, las enfermedades y las prácticas de salubridad/prevención.

La información recabada profundiza la comprensión del rol de la ciudad en los circuitos de intercambio y aporta a entender el acceso diferencial, uso y reuso de estos bienes de parte de diferentes grupos sociales en el espacio urbano y las conductas en el tratamiento de los residuos en esa etapa.

Palabras clave:
cerámica histórica, vidrios, salud, higiene, publicidad.
ABSTRACT:

This work is part of investigations being carried out in the Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco, which since 1995 focuses in the urban archeology research for the city of Mendoza. We presented the integrated results of a joint study of historical ceramics and glass material from different archaeological sites Foundation Area of ​​the city of Mendoza. This material allows to account various aspects of everyday life and social practices. In this case, the focus is on the activities of health, hygiene and personal care of the inhabitants of the city between the late nineteenth and early twentieth centuries. In the archaeological record it is possible to recognize medicine bottles, cosmetics, syringes and other items that account for these activities. We worked with the advertising of local and national newspapers of the time as an indicator of how the audience it is addressed, the advertised properties of drugs, diseases and health practices / prevention.

The information gathered deepens understanding of the role of the city in exchange circuits, provides understand differential access, use and reuse of these products by different social groups in urban space and behaviors in the treatment of waste in that stage.

Keywords:
historical ceramics, glass, health, hygiene, advertising.
RESUMO:

Este trabalho é parte das investigações que estão sendo realizadas no Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (CIRSF), que desde 1995 concentra a malhor parte das pesquisa de arqueologia urbana para a Cidade de Mendoza.

Presentan-se os resultados integrados de um estudo conjunto de cerâmicas históricas e material de vidro de diferentes sítios arqueológicos do Área de Fundação da Cidade de Mendoza.

Este material permite reflejar vários aspectos da vida cotidiana e das práticas sociais. Neste caso, o foco é sobre as actividades da saúde, higiene e cuidados pessoais dos habitantes da cidade, entre o final do século XIX e início do XX.

No registro arqueológico é possível reconhecer frascos de medicamentos o cosméticos, seringas e outros objetos que mostra essas atividades. Nós trabalhamos com a publicidade de jornais locais e nacionais da época, para conhecer o público qual ele e dirigido, as propriedades anunciadas das drogas, doenças e práticas de saúde / prevenção.

As informações recolhidas aprofunda a compreensão do papel da cidade em circuitos de troca e contribui para compreender o acesso a eles, utilização e reutilização destes bens por diferentes grupos sociais no espaço urbano e comportamentos no tratamento de resíduos em nessa fase.

Palavras-chave:
cerâmicas históricas, vidro, saúde, higiene, publicidade
Recibido:
13 de mayo de 2016
Aceptado:
28 de junio de 2016

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como objetivo indagar acerca de aspectos relacionados a las prácticas de salud e higiene en el último tercio del siglo XIX y principios del siglo XX de parte de los habitantes de la Ciudad de Mendoza a partir de la información que aportan los fragmentos de envases vítreos y cerámicos históricos. De manera complementaria, se utilizarán diversas fuentes históricas, bibliográficas y periodísticas.

MATERIALES Y FUENTES

Los materiales seleccionados para este trabajo son los fragmentos vítreos y cerámicos históricos considerados diagnósticos en cuanto a la posibilidad de establecer el tipo de contenedor, contenido y/o uso relacionados a los objetivos y contextos mencionados.

En cuanto a otras fuentes, se utilizaron publicidades de diarios y revistas locales y nacionales. En el caso de Mendoza, los diarios Los Andes (1903, 1910 y 1922) y El Constitucional (1879) y la revista Quincena Social (1919 y 1920). Se relevaron también medios nacionales como la revista Caras y Caretas (1898, 1899, 1905, 1906, 1915 y 1920) y el suplemento Plus Ultra (1918).

Las publicidades han sido abordadas como guía en la identificación de los envases y su tipología variable en el tiempo, su contenido, las propiedades del producto y el uso sugerido o promocionado. Asimismo, permiten un acercamiento a algunas percepciones acerca de salud y belleza en el período en cuestión.

PUNTOS ARQUEOLOGICOS (PA) Y CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

El material cerámico y vítreo analizado e incluido en el trabajo proviene de diferentes predios de la ciudad trabajados en el marco de las investigaciones del Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (en adelante CIRSF) y estratigráficamente corresponden a contextos del siglo XIX post terremoto y principios del siglo XX. Fueron recuperados en excavaciones arqueológicas sistemáticas y en intervenciones de rescate en ocasiones de obras de construcción e intervención urbana.

Se trata de las excavaciones arqueológicas de los puntos arqueológicos (en adelante PA) La Caridad, San Agustín, San Francisco, La Merced, Chacabuco 441, Alberdi e Ituzaingo, Edificio Plaza Huarpe, Cabildo y el paseo denominado Alameda (figura 20). Estos espacios, en el período estudiado, cambiaron de uso y/o de grupos sociales que los ocuparon, ya que en momentos previos (etapa colonial) se caracterizan por ser lugares ocupados por la élite mendocina (Chiavazza y Zorrilla 2005; Puebla, Zorrilla y Chiavazza 2008). Como explicaremos más adelante, el momento/hecho bisagra será el terremoto de 1861.

MARCO HISTÓRICO

El período abordado se enmarca en la etapa denominada en la historia argentina como “gobiernos de orden y progreso” (1880-1916), en la que se produce la consolidación del modelo económico agroexportador y, en concomitancia, el aluvión inmigratorio.

Los acelerados cambios en las ciudades y las poblaciones urbanas plantean problemas a resolver, y algunas de las soluciones vienen de la mano de un nuevo concepto de higiene pública y el consiguiente auge de las reglamentaciones para regular la vida urbana, en consonancia con el proyecto modernizador de corte positivista.

En Mendoza se dan esos procesos que acabamos de referenciar con algunas particularidades marcadas por la reestructuración urbana producida como consecuencia del terremoto de 1861. Con posterioridad a este, la élite gobernante decidió el traslado del núcleo urbano hacia su actual emplazamiento, al SO del área fundacional.

El traslado del núcleo urbano marginalizó a la Ciudad Vieja, denominada “el Barrio de las Ruinas”, y cristalizó una serie de oposiciones entre Ciudad Vieja/Ciudad Nueva, Ciudad Limpia/Ciudad Sucia y arriba/abajo. En estas oposiciones se pusieron en juego valoraciones que imbrican factores relacionados a la situación geográfica con otros vinculados a la posición social de los habitantes de ambos sectores (Prieto, Castrillejo y Dussel 2006).

Hacia 1870/1890 se produjo la sustitución del modelo económico a una economía agroindustrial. Relacionado con este proceso, llegó el ferrocarril en 1885, y como efecto de la inmigración y el crecimiento demográfico, la población de la ciudad se triplicó (8.124 en 1869, 28.032 en 1895) (Prieto, Castrillejo y Dussel 2006).

En el último tercio del siglo XIX Mendoza sufrió un ciclo de epidemias: cólera (1867/1886-87), viruela y difteria (1894) (Semorile et al. 1988). El impacto de éstas se agravó por factores relacionados al ordenamiento urbano. La epidemia de cólera de 1886/1887 dejó un saldo de víctimas sin precedentes en la historia de la ciudad y operó como catalizador del proyecto higienista (Cirvini 1989). La misma diezmó principalmente a los sectores populares y más vulnerables, como consecuencia, los grupos dirigentes cambiaron el enfoque en el tratamiento de los problemas urbanos y determinaron nuevas prioridades en torno a las obras de salubridad (Cirvini 1989).

La élite gobernante contrató al médico Emilio Coni, uno de los higienistas más prestigiosos de la época, para realizar un estado de la cuestión y plantear posibles soluciones. En el informe Saneamiento de la provincia de Mendoza. Higiene aplicada, elaboró un diagnóstico exhaustivo de la situación sanitaria y señaló como problemas clave el tratamiento de basuras, la naturaleza de los materiales de construcción, la contaminación de los cauces, la localización del matadero público y el tratamiento de sus residuos, la existencia de basureros insertos en el área urbana, la restricción de los surtidores de agua potable para consumo y la ausencia de servicios de saneamiento como alcantarillado y cloacas (Coni 1897). Este diagnóstico generó una serie de políticas en relación a lo urbano, algunas de las cuales se implementaron rápidamente (ordenanza sobre construcción de letrinas y sumideros y sobre aseo y limpieza), mientras que otras se siguieron postergando (como p.ej. las obras de la red cloacal) (Cirvini 1989).

En estas problemáticas detectadas por Coni es visible el juego de oposiciones anteriormente mencionado entre Ciudad Vieja y Ciudad Nueva. La pendiente del terreno hacía de la Ciudad Vieja un espacio naturalmente inundable y destino inexorable de los desechos de la población de la Ciudad Nueva, que vertía sus residuos en los cauces, en un comportamiento que puede rastrearse hasta el presente. El Matadero, localizado al margen oeste del canal Zanjón, también arrojaba al cauce sus aguas servidas, al igual que el Hospital San Antonio sus desechos patológicos. Coni afirma de modo contundente que “las acequias de Mendoza constituyen verdaderas cloacas a cielo abierto” (Coni 1897:186). El problema sanitario de la ciudad va a estar entonces centrado en torno al tema del agua (Cirvini 1989). Los cauces oficiaron de incontrolables propagadores de pestilencias, habida cuenta de que la mayoría de los surtidores públicos de agua potable se localizaron en el locus de la Ciudad Nueva (17 surtidores vs uno solo localizado en las inmediaciones del Hospital San Antonio y otros pocos en el sector sur de la Ciudad Vieja) y de que los pobladores de la Ciudad Vieja siguieron utilizando el agua de las acequias para aseo personal y consumo doméstico (Cirvini 1989). Completa el panorama de riesgo sanitario la inexistencia de sistema de cloacas y alcantarillado público, que se concretarán durante la década de 1920.

LA SALUD DE LOS/AS MENDOCINO/AS A FINES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX

Para conocer parte de la vida cotidiana de Mendoza, realizamos una serie de preguntas que trataremos de contestar a lo largo de nuestro trabajo: ¿qué se consideraba sano?, ¿cómo se mantenía o conseguía la salud?, ¿qué se consumía para mantener la salud?, ¿la belleza es salud?

Para comenzar nuestro análisis, además de los materiales arqueológicos como el vidrio y la cerámica, también tomamos la publicidad. La historia de la publicidad es la historia del consumo, de la vida cotidiana, de los cambios de hábitos sociales y económicos (Aprile et al. 2009).

Adoptamos las etapas propuestas por Aprile (et al. 2009) para analizar este período; considera a la etapa de 1898-1928 como la “edad de la inocencia”, porque la publicidad está ligada a la economía, a las empresas y al consumo, de manera que el contexto económico y cultural es influyente en el proceso publicitario.

En cuanto al material arqueológico vítreo, contamos con elementos y fragmentos diagnósticos. Estos últimos nos dan información para identificar manufactura, tipología y cronologías (Chiavazza 2006). Estos se analizan en forma particular para ubicarlos posteriormente en distintas categorías: medicina/salud, cosméticos/cuidado personal, alimentación y otros (Figura 1).

Para el presente trabajo sólo hemos tomado los que corresponden a los contenedores medicinales para abordar la salud de fines de siglo XIX y principios de siglo XX. La denominación de botellas y/o frascos medicinales sugiere su función como contenido fármaco. La identificación de la botella se realizó atendiendo las formas del contenedor, la presencia de marcas, impresiones, etc.

Las botellas se dividen de acuerdo con el medicamento que contienen en: botellas de medicamentos éticos y botellas de medicamentos patentados (Durán Avilés 2013). Los éticos se adquieren con receta o prescripción médica, garantizando la calidad del producto, y se asocian a un mayor costo. Los patentados se comercializaban sin prescripción médica, utilizando otros tipos de identificación: la marca registrada, el nombre del producto o el diseño de la botella; estos están asociados a los antiguos remedios secretos, formulaciones preparadas por médicos/ farmacéuticos/ y otros que no revelan la composición para beneficiarse económicamente. Estos eran más económicos que los éticos (Durán Avilés 2013).

Figura 1. Material vítreo por categorías y puntos arqueológicos.
Figura 1. Material vítreo por categorías y puntos arqueológicos

Se analizan en este trabajo las botellas de los medicamentos patentados, los medicamentos industriales del siglo XIX (Figura 2).

Los materiales cerámicos que responden a las preguntas iniciales son contenedores de medicamentos o cosméticos y bacines. La muestra está conformada por elementos y fragmentos de potes de loza o porcelana y bacines u bacinillas (orinales de cerámica) que se generalizaron a partir del siglo XVIII y durante el siglo XIX.

En los contextos post terremoto el 58,55% de los fragmentos corresponden a bacines y los potes representan el 35,23% de la muestra. Aunque es importante aclarar que algunos de ellos se encuentran enteros como presentaremos en detalle. El 6,22 % restante son de elementos destinados a la higiene (Figura 3).

Figura 2. Porcentajes de envases vítreos de medicamentos éticos y patentados.
Figura 2. Porcentajes de envases vítreos de medicamentos éticos y patentados
Figura 3. Material cerámico por categorías y puntos arqueológicos.
Figura 3. Material cerámico por categorías y puntos arqueológicos
Figura 4. Potes y bacines por puntos arqueológicos.
Figura 4. Potes y bacines por puntos arqueológicos

La metodología que empleamos parte de la premisa que cada fragmento es parte de una pieza cuya función y significado específico fue posible adscribirlo a un uso medicinal, cosmético o higiene personal. Después de realizar el remontaje y reconstrucción, pudimos calcular un número mínimo de 23 piezas que conforman el registro analizado; siendo 21 potes y 2 bacines distribuidos en cinco puntos arqueológicos (Figura 4).

¿BEBIDAS, TÓNICOS O MEDICAMENTOS?

En las publicidades de la época se pueden observar numerosas bebidas alcohólicas que se presentan como buenas para la salud, por ejemplo, los tónicos energizantes o reconstituyentes, la mayoría con propiedades digestivas. Se promocionan como remedios milagrosos, con cualidades curativas para numerosos males y para prevenir enfermedades. Se trataba de medicamentos de venta libre. En los avisos publicitarios ofrecían promesas de salud, incluso con testimonios.

Entre los materiales encontrados en las excavaciones se encuentran fragmentos de envases de cerveza, Fernet Branca, Hesperidina y Ferroquina Bisleri.

Cerveza

Si bien la cerveza es una bebida alcohólica que ubicamos dentro de la categoría de alimentación, en este caso se tiene en cuenta que en los avisos publicitarios es promocionada como bebida para la salud. En los anuncios es recomendada por los médicos de la Capital e indicada para las personas débiles y mujeres durante la lactancia materna. También en las revistas nacionales, como Caras y Caretas, se hace referencia a su uso beneficioso durante la lactancia e incluso al consumo de parte de los niños.

Cerveza Quilmes

La cerveza Quilmes comienza a venderse en la Argentina en 1888 (Figura 5).

Fábrica Nacional de Cerveza

Las publicidades de la Fábrica Nacional de Cerveza aparecen en la revista Caras y Caretas promocionando su consumo de parte de las mujeres en etapa de lactancia y para niños: “La que tiene que criar, debe esta cerveza usar, pues nutre de tal manera, que hasta se lo puede dar, al niño en mamadera. Y en otra publicidad se asegura: - ¿Por qué puede criar esos mellizos tan sanos y rollizos? - Pues porque mientras dura su lactancia toma nuestra cerveza en abundancia” (Figura 5).

Cerveza Bieckert

Fundada en 1860 por el alemán Emilio Bieckert. En 1866 instaló la gran fábrica de cerveza entre Juncal y Esmeralda y, finalmente, en 1889 se retiró de la industria y su cervecería se transformó en una sociedad que continuó ampliándose y adquiriendo terrenos para nuevas instalaciones.

En las publicidades se lee: “Manténgase ud. sana y robusta para que mañana sea su hijo fuerte y vigoroso. Tome ud. siempre AFRICANA EXTRACTO DOBLE. Tónico alimenticio que enriquecerá su sangre y le restaurará las fuerzas perdidas, las madres lo adoptan los hijos lo aprovechan” (Figura 5).

Figura 5. a: publicidad cerveza Quilmes Diario Los Andes 1903; b: botella de cerveza Quilmes Argentina P.A. San Agustín; c: publicidad de cerveza Fábrica Nacional Revista Caras y Caretas 1899; d: botella de cerveza Fábrica Nacional Buenos Aires P.A. San Agustín: e: botella de cerveza Bieckert P.A. San Agustín; f: publicidad de cerveza Bieckert Revista Caras y Caretas 1920.
Figura 5. a: publicidad cerveza Quilmes Diario Los Andes 1903; b: botella de cerveza Quilmes Argentina P.A. San Agustín; c: publicidad de cerveza Fábrica Nacional Revista Caras y Caretas 1899; d: botella de cerveza Fábrica Nacional Buenos Aires P.A. San Agustín: e: botella de cerveza Bieckert P.A. San Agustín; f: publicidad de cerveza Bieckert Revista Caras y Caretas 1920

Fernet Branca

Fratelli Branca Milano instala su fábrica en 1845 en Milano, Italia. Llega a la Argentina a fines del siglo XIX y en 1925 la empresa se establece en Buenos Aires.

Figura 6. a: fragmento botella Branca Milano Fratelli P.A. San Francisco; b: publicidad Diario Los Andes 1910; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1920.
Figura 6. a: fragmento botella Branca Milano Fratelli P.A. San Francisco; b: publicidad Diario Los Andes 1910; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1920

Las publicidades hacen alusión a las propiedades beneficiosas de esta bebida para el estómago y el intestino. En la revista Caras y Caretas se promociona como eficaz para la inapetencia, las digestiones difíciles y la constipación habitual. En el diario local Los Andes establece que es preventiva para el cólera. Es importante destacar las epidemias de cólera que se producen en Mendoza, la primera en 1868 y una segunda en 1886/1887 (Figura 6.b).

Hespiridina

Melville Sewell Bagley, el creador de la Hesperidina Bagley, trabajó como ayudante en una farmacia. En 1864 innovó con su campaña publicitaria manteniendo misterio y suspenso pintando con letras negras “Hesperidina” dos meses antes de dar a conocer el producto. En 1876, con la ley de marcas, Hesperidina se convierte en la primera patente y marca registrada, con licencia N°1 en la Argentina. Es una bebida que aún se consume, a base de alcohol y cítricos (Figura 7).

Figura 7. a: Fragmentos de botella de Hesperidina P.A. Cabildo; b: Base de botella de Hesperidina P.A. Cabildo; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1898; d: publicidad que muestra a una mujer Diario los Andes 1922; e: publicidad que representa a un mozo llevando Hesperidina Diario Los Andes 1922; f: presencia de obreros en la publicidad de Diario Los Andes 1922.
Figura 7. a: Fragmentos de botella de Hesperidina P.A. Cabildo; b: Base de botella de Hesperidina P.A. Cabildo; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1898; d: publicidad que muestra a una mujer Diario los Andes 1922; e: publicidad que representa a un mozo llevando Hesperidina Diario Los Andes 1922; f: presencia de obreros en la publicidad de Diario Los Andes 1922

En las publicidades del diario local va dirigida hacia diferentes clases sociales y géneros (Figura 7.d, e y f).

Ferroquina Bisleri

Licor aperitivo a base de citrato de hierro y quina. La quinina o quina es una sustancia que se obtiene del árbol de quino, de origen peruano, con beneficios digestivos y depurativos, usada también como antibiótico. En publicidades se presenta como reconstituyente de la sangre, aconsejado para las enfermedades del estómago, vejiga e hígado. También hace mención a la certificación médica (Figura 8.c).

Figura 8. a: fragmentos de botella de Ferro Quina Bisleri P.A. Chacabuco 441; b: Fragmentos de botella de Ferro Quina Bisleri P.A. Cabildo; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1905.
Figura 8. a: fragmentos de botella de Ferro Quina Bisleri P.A. Chacabuco 441; b: Fragmentos de botella de Ferro Quina Bisleri P.A. Cabildo; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1905

LAXANTES EN LA VIDA DE LOS MENDOCINOS

Los laxantes se encuentran publicitados en la prensa mendocina en gran cantidad. El consumo es evidente en el registro arqueológico, donde encontramos recipientes de magnesia, aceite de ricino, aguas purgantes y pepsina (Figura 9).

La magnesia fue utilizada en el siglo XIX como antiácido pero, dependiendo de la dosis, también como laxante y/o purgante.

En cuanto al aceite de ricino, su aplicación más difundida es la de purgante (Figura 9.c y e).

Figura 9. a: frasco de Magnesia P.A Alberdi e Ituzaingo; b: frasco de Magnesia P.A. La Caridad; c: frasco aceite de Ricino Fucus P.A. Cabildo; d: frasco de Castor Oil P.A. Cabildo; e: frasco de aceite de Ricino P.A. Cabildo; f: frasco de Pepsina. P.A. San Agustín.
Figura 9. a: frasco de Magnesia P.A Alberdi e Ituzaingo; b: frasco de Magnesia P.A. La Caridad; c: frasco aceite de Ricino Fucus P.A. Cabildo; d: frasco de Castor Oil P.A. Cabildo; e: frasco de aceite de Ricino P.A. Cabildo; f: frasco de Pepsina. P.A. San Agustín

La pepsina es una enzima digestiva que se segrega en el estómago y que hidroliza las proteínas en este. La función es descomponer las proteínas de los alimentos. La pepsina se combinó con otras sustancias para crear un laxante popular (Figura 9.f).

Durante el período abordado, el uso de aguas purgantes fue muy difundido en varios países europeos para “depurar el organismo”. La botella encontrada en el punto arqueológico Alberdi e Ituzaingo hace referencia a la marca Rubinat Llorat. Con respecto a este producto podemos mencionar que, en la década de 1870, Pablo Llorat, médico especialista en enfermedades mentales, conoció la existencia de estas aguas con alto contenido de sodio en Rubinat (Lérida). Fue la primera agua purgante española autorizada en Francia (Llorat 1880 en Calvo Rebollar 2013). En 1885 se registró en Francia la marca comercial Rubinat Llorat y en 1890 se le concedió licencia en España (Calvo Rebollar 2013) (Figura 10)

Figura 10. a: Botella de agua purgante Fuente Amarga P. LL. Rubinat Llorach P.A. Alberdi e Ituzaingo; b: Publicidad extraída de Calvo Rebollar 2013.
Figura 10. a: Botella de agua purgante Fuente Amarga P. LL. Rubinat Llorach P.A. Alberdi e Ituzaingo; b: Publicidad extraída de Calvo Rebollar 2013

Laxantes italianos CARLO ERBA

Carlo Erba (1811-1888), en 1837, abrió su primer laboratorio farmacéutico en Italia, junto a su farmacia. Fue un éxito comercial en 1867. Pionero de la industria farmacéutica en Italia, la distribución de su producción se llevó a cabo en gran proporción en los países latinoamericanos. A partir de 1860 se dedicó a fabricar pepsina, cápsula de taurina, ácido láctico y magnesia, entre otros. Tras su muerte, continuaron las actividades industriales colocando en el mercado productos farmacéuticos y químicos. Entre algunas especialidades que estos laboratorios comercializaban en España se encuentran, en 1924, el aceite de ricino (Colapinto 2009) (Figura 11).

Figura 11. a: envase de Aceite de Ricino Carlo Erba P.A. Cabildo; b: envase de Óleo P.A. Cabildo; c: frasco de Magnesia Calcinata P.A. Alberdi e Ituzaingo; d: Publicidad de productos Carlo Erba.
Figura 11. a: envase de Aceite de Ricino Carlo Erba P.A. Cabildo; b: envase de Óleo P.A. Cabildo; c: frasco de Magnesia Calcinata P.A. Alberdi e Ituzaingo; d: Publicidad de productos Carlo Erba

Hígado de bacalao para todos los males

Uno de los medicamentos más publicitados en los diarios locales es el hígado de bacalao. Lo encontramos de distintas marcas y para diferentes dolencias: enfermedades de pecho, escrófulas, linfatismo, anemia, clorosis, bronquitis, debilidad nerviosa, impurezas de la sangre, raquitismo, como protector para los niños, entre otros. Incluso aparece en diario Los Andes de Mendoza como “específico de la Tuberculosis” (Figura 12).

Figura 12. a: Fragmento de recipiente de hígado de bacalao P.A. Alberdi e Ituzaingo; b, c, d, e: Publicidades de Diario Los Andes 1910.
Figura 12. a: Fragmento de recipiente de hígado de bacalao P.A. Alberdi e Ituzaingo; b, c, d, e: Publicidades de Diario Los Andes 1910

FARMACIAS LOCALES Y NACIONALES

A partir de los envases también podemos identificar algunas farmacias locales del período y su localización. Una de ellas es la Farmacia del Águila, ubicada en la esquina de San Martín y Lavalle (Figura 13.a, b, c, d, e y f).

Otra farmacia es La Pirámide, de José Monzo, ubicada en San Martín y Córdoba de la Ciudad de Mendoza (Figura 13.g y h).

Figura 13. a: Fragmento de recipiente Farmacia del Águila Azpiroz Mendoza P.A. Costanera; b y c: Fragmentos de recipientes Farmacia del Águila P.A. Costanera; d y e: publicidades Revista Quincena Social de 1920; f: publicidad Diario Los Andes 1910; g: envase Farmacia La Pirámide José Monzo; h: Fragmento envase Farmacia La Pirámide P.A. Cabildo.
Figura 13. a: Fragmento de recipiente Farmacia del Águila Azpiroz Mendoza P.A. Costanera; b y c: Fragmentos de recipientes Farmacia del Águila P.A. Costanera; d y e: publicidades Revista Quincena Social de 1920; f: publicidad Diario Los Andes 1910; g: envase Farmacia La Pirámide José Monzo; h: Fragmento envase Farmacia La Pirámide P.A. Cabildo

Farmacia Gibson de Buenos Aires

La farmacia y droguería Gibson, ubicada en Defensa 192 de Buenos Aires, tenía como propietario y farmacéutico a Diego Gibson. Comercializaba gran variedad de productos, entre ellos levadura de frutas para tratamiento y curación de la inapetencia, estreñimiento, debilidad, forunculosis, jaquecas, diabetes y eczemas. El Ricinol era un famoso purgante para niños y también expendía diversos productos de tocador, como pasta dentífrica, jabones y cremas (Figura 14).

Figura 14. Farmacia Gibson de Buenos Aires. a: Fragmento de envase P.A. Moreno y Alberdi; b: publicidad Revista Caras y Caretas 1915; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1915; d: publicidad Caras y Caretas 1915.
Figura 14. Farmacia Gibson de Buenos Aires. a: Fragmento de envase P.A. Moreno y Alberdi; b: publicidad Revista Caras y Caretas 1915; c: publicidad Revista Caras y Caretas 1915; d: publicidad Caras y Caretas 1915

La Primera de Trenque Lauquen

Este contenedor tiene la inscripción de “La Primera de Trenque Lauquen F.C.O.”. Si bien no se ha encontrado una farmacia con este nombre, se conoce una Compañía de Seguro, de la cual pudimos constatar la existencia de una serie de botiquines con su marca. Existe la posibilidad de que ese frasco haya formado parte de uno de ellos.

Un rasgo interesante de este objeto es que posee rastros de reutilización, ya que se visibilizan restos de una etiqueta de papel colocada en el frasco (Figura 15).

Figura 15. Envase de La Primera Trenque Lauquen F.C.O. P.A. La Caridad.
Figura 15. Envase de La Primera Trenque Lauquen F.C.O. P.A. La Caridad

SALUD Y BELLEZA

Un capítulo aparte merecería el estudio de los cánones de belleza, sin embargo, aquí haremos referencia sólo a algunos objetos de vidrio y cerámicos encontrados en el Área Fundacional, como el Agua Nupcial. El contenedor tiene como inscripción: “Agua nupcial para hermosear el cutis”, “producto higiénico químico farmacéutico Silvio Boari”. Las publicidades hacen referencia a la blancura del rostro y a la juventud. También resalta la certificación médica y al uso por parte de una actriz (Figura 16).

Entre los materiales de cerámica histórica relacionados con los usos de salud y belleza se destacan los potes y bacines. Cabe mencionar la fragmentariedad de los mismos. En el caso de los potes de porcelana, la inexistencia de restos de etiquetas y/o inscripciones que sean indicadores de marcas comerciales o contenido indicaría que se trata de potes cuyo contenido serían ungüentos, cremas o pomadas éticas de uso medicinal y/o cosmético preparadas y comercializadas en las farmacias locales (Figura 17). Algunos potes poseen marcas en la base, pero se trataría de marcas de fábrica de los envases.

Los potes de loza merecen una descripción especial. Se trata de restos de tres potes muy pequeños de crema facial de origen francés, de marca La Reine Des Cremes, elaborada por Bossard-Lemaire, Entrepot -Saint Mandé- París, entre 1860 y 1920. Los tres envases provienen del punto arqueológico Chacabuco 441. Se trataba de productos de tocador importados de consumo exclusivo. Constatamos en la publicidad de la época su presencia en suplementos cuya circulación se restringía a la élite (p.e. Plus Ultra 1918). La publicidad resalta valores relacionados con la belleza y la salud, como la blancura y tersura de la piel (Figura 18).

Figura 16. a: Publicidad de Agua Nupcial Revista Caras y Caretas 1906; b: envase Producto higiénico farmacéutico P.A. Alberdi e Ituzaingo; c: dorso del envase Agua Nupcial para hermosear el cutis; d: publicidad Revista Caras y Caretas 1905.
Figura 16. a: Publicidad de Agua Nupcial Revista Caras y Caretas 1906; b: envase Producto higiénico farmacéutico P.A. Alberdi e Ituzaingo; c: dorso del envase Agua Nupcial para hermosear el cutis; d: publicidad Revista Caras y Caretas 1905

En cuanto a los bacines, aparecen con un alto grado de fragmentariedad. Se trata de contenedores de loza Whiteware estampados con diferentes patrones decorativos utilizados para la recoger orina y materia fecal (Figura 19). La producción de estos bacines aumentó a partir del siglo XVIII y se generalizó durante el siglo XIX. Se puede asociar a “un comportamiento obsesivo, en la época, con relación a la evacuación intestinal” (Lima 1999: 200).

Figura 17. Restos de potes de porcelana provenientes de los puntos arqueológicos Chacabuco 441, Alberdi e Ituzaingo y San Agustín.
Figura 17. Restos de potes de porcelana provenientes de los puntos arqueológicos Chacabuco 441, Alberdi e Ituzaingo y San Agustín
Figura 18. a, b y c: Fragmentos de potes de crema facial recuperados en el punto arqueológico Chacabuco 441; d: ejemplo de un pote completo de La Reine Des Cremes; e: Publicidad Suplemento Plus Ultra 1918.
Figura 18. a, b y c: Fragmentos de potes de crema facial recuperados en el punto arqueológico Chacabuco 441; d: ejemplo de un pote completo de La Reine Des Cremes; e: Publicidad Suplemento Plus Ultra 1918
Figura 19. Restos de bacinillas de loza provenientes de los puntos arqueológicos Chacabuco 441 y La Merced.
Figura 19. Restos de bacinillas de loza provenientes de los puntos arqueológicos Chacabuco 441 y La Merced

MANEJO DE RESIDUOS

A partir de diversos trabajos y fuentes (Coni 1897, Prieto, Castrillejo y Dussel 2006), se intentó inferir la localización de los basurales y recabar información acerca de las modalidades de reducción de residuos en el período mencionado. Para ello, se verificaron los cambios de nombres de las calles para evitar errores de localización (Ponte 1987).

Los espacios señalados como sitios de acumulación de basura en la Ciudad Nueva serían: Quinta Agronómica, Canal Tajamar, Calle Perú al Norte y Zanjón Frías (Coni 1897). Si se observa la traza urbana de ese momento puede constatarse que se emplazaba en los márgenes del nuevo núcleo urbano (Figura 20).

En la Ciudad Vieja, los sitios de descarte de basura referenciados son: sectores adyacentes al Canal Cacique Guaymallén y al Matadero; Calle Maipú hacia el Norte, entre calles Cuyo y Corrientes y entre calles Corrientes y Córdoba. Se menciona que las basuras eran utilizadas como relleno de calles y bordes del zanjón a lo largo de todo el canal (Coni 1897).

Otro dato interesante tiene que ver con la localización de sitios puntuales en los que se realizaban acciones de incineración de basura: calle Bajada de Arrollabes y otro entre calles Cuyo y Corrientes (¿actual Parque O´Higgins?), donde existía un vaciadero municipal (Coni 1897) (Figura 20).

Figura 20. Plano de la ciudad de Mendoza. Se referencian puntos arqueológicos, basurales, sitios de incineración de basura y farmacias (confeccionado por Fernando Hernández a partir de datos de Coni 1897 y Prieto, Castrillejo y Dussel 2006).
Figura 20. Plano de la ciudad de Mendoza. Se referencian puntos arqueológicos, basurales, sitios de incineración de basura y farmacias (confeccionado por Fernando Hernández a partir de datos de Coni 1897 y Prieto, Castrillejo y Dussel 2006)

CONSIDERACIONES FINALES

El abordaje en forma integrada de los conjuntos de cerámicas históricas y material vítreo provenientes de distintos puntos arqueológicos del Área Fundacional de la Ciudad de Mendoza nos ha permitido dar cuenta de diversos aspectos de las prácticas sociales referidas a salud, higiene y cuidado personal de los habitantes de la ciudad hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX.

Ya mencionamos el momento bisagra que fue el terremoto de 1861, pues para reconstruir la ciudad la élite gobernante decidió su traslado al SO del núcleo fundacional cristalizando una serie de oposiciones entre Ciudad Vieja/Ciudad Nueva, Ciudad Limpia/Ciudad Sucia. Los puntos arqueológicos localizados en la Ciudad Vieja presentan una continuidad en su ocupación desde la etapa colonial (La Caridad, San Agustín, San Francisco, La Merced, Chacabuco 441, Alberdi e Ituzaingo, Edificio Plaza Huarpe, Cabildo) mientras que otros sólo presentan contextos desde fines del siglo XIX (paseo la Alameda). Por ello nos resultaba interesante ahondar sobre los cambios de uso de esos espacios y los grupos sociales que los ocuparon.

Luego del terremoto, el antiguo núcleo fundacional devino en margen del nuevo emplazamiento urbano y residieron allí los sectores sociales más vulnerables y desfavorecidos de la ciudad. Esto sería incongruente con el registro arqueológico vítreo y cerámico recuperado, ya que los envases estudiados dan cuenta de un alto poder adquisitivo, dada la alta frecuencia en los contextos de productos importados de alcance restringido. Esta contradicción adquiere sentido cuando se incorpora la información que documenta la localización de los vertederos de residuos de la Ciudad Nueva (Coni 1897, Prieto, Castrillejo y Dussel 2006) en el Barrio de las Ruinas, es decir el antiguo núcleo fundacional. En consecuencia, interpretamos la presencia de esos contenedores en los contextos post terremoto del Área Fundacional como producto del descarte de la población de la Ciudad Nueva.

Otro aspecto que es importante integrar en estas interpretaciones es el estado de los envases. Los mismos se observan completos o poco fragmentados y con buena conservación, lo que podría ser un indicador de que los pobladores realizaban un proceso de selección de estos contenedores en sectores de acumulación de basura en los que la misma no había sido reducida por incineración. Asimismo, se constatan indicios de reutilización de algunos envases, como por ejemplo uno que presenta restos de una etiqueta que no es la original del producto (Figura 15).

La mayoría de los medicamentos encontrados en el registro corresponde a laxantes. Esto es coherente con el peso de la publicidad de los laxativos en la prensa local y las observaciones hechas por Coni, quien destaca entre las enfermedades digestivas la mayor frecuencia de dispepsias y “constipación pertinaz”, siendo común la formación de bolos fecales múltiples y enormes (Coni 1897) como consecuencia de una dieta en la que los alimentos y el agua presentaban un elevado contenido de sales calcáreas (Coni 1897).

Están presentes también en el registro envases de medicamentos éticos, no pudiendo establecer contenido ni función. A partir de las inscripciones de algunos de estos envases vítreos se obtuvo la localización de varias farmacias que envasaban y comercializaban preparados medicinales. Las direcciones relevadas se sitúan en la Ciudad Nueva (Figura 20).

En cuanto a la procedencia de los medicamentos, los de origen europeo representan el 22 %, proveniente de Inglaterra, Italia y España. Se identificaron productos de farmacias de Buenos Aires y Neuquén. Las bebidas alcohólicas promocionadas como benefactoras para la salud de origen nacional representan el 47 % y las locales el 19 %. Los productos de belleza provienen de Buenos Aires y Francia y se relacionan con el cuidado de la piel. También son de origen europeo los potes de porcelana y loza, y los bacines.

Este trabajo nos permitió dimensionar el impacto de la mentalidad modernizadora que se impone en Mendoza desde los momentos post terremoto. La élite dirigente, identificada con los “gobiernos de orden y progreso”, introdujo un nuevo concepto de higiene pública y propició cambios en los hábitos de salud e higiene. Los nuevos hábitos y modas respecto al cuidado del cuerpo y la higiene generaron nuevas demandas que se reflejan en dos situaciones. La primera es la irrupción en el registro de materiales novedosos como medicinas y cosméticos cuyo consumo es impulsado a partir de la publicidad dirigida a la élite. Estas fuentes nos permitieron reconocer la identificación de la belleza con la salud y conocer las propiedades publicitadas de los medicamentos. Algunos productos eran presentados como preventivos, por lo que su amplia aceptación y consumo se pueden interpretar dentro del recuerdo cercano del ciclo de epidemias en Mendoza (Semorile et al. 1988). La otra situación es dónde se realiza el descarte. Si bien varios de los puntos arqueológicos trabajados tienen una continuidad de ocupación desde época colonial, los materiales recuperados en los contextos post terremoto tienen que ser entendidos como resultado del descarte de la élite ya que la situación socioeconómica de los habitantes de ese sector de la ciudad no les permite acceder a esos artículos cosméticos y medicinales de alto valor y sólo rescatan y reutilizan esos envases.

AGRADECIMIENTOS

A Fernando Hernández por la elaboración de la cartografía para este escrito. A Horacio Chiavazza por las discusiones y orientaciones respecto de los aspectos interpretativos del presente trabajo. A Juan Pablo Puebla por facilitarnos material bibliográfico específico acerca de temas relacionados a la salud.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Calvo Rebollar, M. 2013. Las aguas minerales y sales purgantes naturales españolas. Algunas notas históricas. Boletín Geológico y Minero 124 (3):451-475.

Cirvini, S. 1989. El ambiente urbano en Mendoza a fines del siglo XIX. La higiene social como herramienta del proyecto utópico del orden. Arturo Andrés Roig. Filósofo e historiador de las ideas. Rodríguez Lapuente, M. y H. Cerutti Guldberg, pp. 107-143.

Colapinto, L. 2009. La vida y la obra de Carlo Erba, pionero de la industria farmacéutica italiana. Real Academia Nacional de la Farmacia 75 (E):679-691.

Coni, E. 1897. Saneamiento de la provincia de Mendoza. Higiene aplicada. Imprenta de Pablo Coni. Buenos Aires.

Chiavazza, H, y M. V. Zorrilla (eds). 2005. Arqueología del predio mercedario de la ciudad de Mendoza. Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza.

Durán Avilés, R. 2013. Medicamentos y Estatus Socioeconómicos: Análisis Arqueológico de las Botellas Farmacéuticas de Ballajá. Tesis de Maestría en Arqueología de Puerto Rico y el Caribe. Centro de Estudios Avanzado de Puerto Rico y el Caribe.

Lima, T. A. 1999. El huevo de la serpiente: una arqueología del capitalismo embrionario en el Río de Janeiro del siglo XIX. Sed non satiata. Teoría social en la Arqueología Latinoamericana Contemporánea. Zarankin, A y Acuto, F.pp. 189-238.

Ponte, J. R. 1987. Mendoza, aquella ciudad de barro. Historia de una ciudad andina desde el siglo XVI hasta nuestros días. Municipalidad de la Ciudad de Mendoza.

Prieto, M. del R.; T. Castrillejo y P. Dussel. 2006. El proceso de contaminación hídrica en un oasis andino. La vida y la muerte por las acequias de Mendoza, Argentina, 1880-1980. Signos Históricos 16: 112-151.

Puebla, L.; V. Zorrilla y H. Chiavazza. 2008. Mendoza en el período colonial temprano: Mayólicas y cerámicas locales. Continuidad y cambio cultural en Arqueología Histórica. Actas del III Congreso Nacional de Arqueología Histórica. pp. 658-665.

Semorile, A.; E. M. de Codoni; L. Cano Rossini; M. Puig Lopez y S. Laria. 1988. Historia de la Medicina de Mendoza. Edición de autor. T. 1 y 2.

Páginas de internet

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https://dehistoriaypueblo.wordpress.com/la-hesperidina-como-la-coca-cola-peroargentina/

 

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