Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana
Vol. 05 2011. ISSN 2344-9918
Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina
Artículos

EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO VÍTREO DEL MATADERO PÚBLICO DE MENDOZA (1877-1927)

THE VITREOUS ARCHAEOLOGICAL RECORD OF THE PUBLIC SLAUGHTERHOUSE OF MENDOZA (1877-1927)

O REGISTRO ARQUEOLÓGICO VÍTREO DO MATADOURO PÚBLICO DE MENDOZA (1877-1927)

Osvaldo Sironi
Universidad Nacional de Cuyo - Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco. Mendoza, Argentina
Horacio Chiavazza
Museo del Área Fundacional. Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco. Mendoza, Argentina
Vanesa García
Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco. Mendoza, Argentina
Cómo citar este artículo:
Sironi, O., Chiavazza, H., & García, V. (2011). El registro arqueológico vítreo del matadero público de Mendoza. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana, 5, 95–124. Buenos Aires
RESUMEN:

Se presentan los resultados de los análisis realizados sobre el registro arqueológico vítreo obtenido en las excavaciones sistemáticas realizadas hacia fines de 1989 en el sitio histórico-arqueológico Matadero, ubicado en la Plaza Pedro del Castillo (actual Museo del Área Fundacional) de la Ciudad de Mendoza, Argentina. La intención de este trabajo es la de contribuir al conocimiento de la cultura material vítrea de este contexto particular, haciendo principal hincapié en el tipo de bebidas y productos consumidos. Las investigaciones se centrarán en la etapa analítico-descriptiva, dejando para futuros estudios la fase interpretativa de los procesos socio-culturales que se manifestaron en este sector productivo, ya que dicho contexto podría representar aspectos conductuales posibles de inferir en un contexto más amplio como ser la ciudad de Mendoza.

Palabras clave:
arqueología histórica, Matadero, tipología y función vítrea
ABSTRACT:

In this paper we present the results of the analyses realized on the archaeological glassy record obtained in the excavations of the historical-archaeological site Matadero, located in the Plaza Pedro del Castillo (current Museum of the Area Fundacional) of the City of Mendoza, Argentina. The intention of this work is contribute to the knowledge of the material glassy culture of this particular context, doing principal support in the type of drinks and emaciated products. The investigations will be centred on the analyticaldescriptive phase, leaving for future studies the interpretive phase of the social and cultural processes that demonstrated in this productive sector, since the above mentioned context might represent behavioral possible aspects of inferring in a wider context like being the city of Mendoza.

Keywords:
historical archaeology, Slaughter house, glass typology and function
RESUMO:

Nós apresentamos os resultados da análise realizada com o registro arqueológico vítrea obtido em escavações sistemáticas realizadas até o final de 1989, no matadouro local histórico e arqueológico, situado na Plaza del Castillo (actual Museu da Fundação Espaço) na cidade de Mendoza, na Argentina. A intenção deste trabalho é contribuir para o conhecimento da cultura material vítreo dessa situação particular, uma atenção especial sobre o tipo de bebida e consumida. A pesquisa se concentrará na analítica e descritiva, deixando para futuros estudos da fase interpretativa dos processos sócioculturais demonstrado neste setor produtivo, como neste contexto, pode representar possível inferir questões comportamentais em um contexto mais amplo, como a cidade de Mendoza.

Palavras-chave:
arqueología histórica, Matadero, tipología y función vítrea
Recibido:
marzo de 2011
Aceptado:
junio de 2011

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como objetivo principal presentar los resultados de los estudios aplicados a fragmentos y objetos de vidrio, hallados en recolecciones superficiales y excavaciones sistemáticas realizadas por Joaquín Roberto Bárcena y Daniel Schávelzon durante 1989, en el solar arqueológico que actualmente ocupa el Museo del Área Fundacional, concretamente en el sector que se definió como la instalación del Matadero.

Partimos de la idea que los objetos arqueológicos vítreos contienen “…un potencial informativo, que permite revelar aspectos tanto tecnológicos y cronológicos como económicos y sociales” (García 2005). De este modo, la información que proporciona el estudio del registro vítreo del sector Matadero ayudará a comprender ciertos aspectos materiales de la vida cotidiana y los procesos que experimentó este centro de faenamiento durante el último tercio del siglo XIX.

OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS

El objetivo general es aportar datos que permitan conocer los hábitos de consumo, a partir de la evidencia arqueológica vítrea, en las diferentes etapas de ocupación y posterior abandono del Matadero. De esta manera, se contempló el cumplimiento de los siguientes objetivos específicos que se desprenden del general:

Desde el cumplimiento de los objetivos precedentes, se busca inferir posibles áreas de actividad a partir de la presencia/ausencia de materiales vítreos en este contexto arqueológico, y su representatividad cuantitativa y tipológica en dichas áreas.

CONSIDERACIONES TEÓRICAS

El modelo teórico que adoptamos en este trabajo se puede resumir en concebir a la Arqueología como una ciencia social que se ocupa del estudio del comportamiento pasado y presente del ser humano a partir de la búsqueda, rescate, conservación, preservación, análisis sistemáticos e interpretación de los restos materiales producidos en el desarrollo de la actividad social, cultural e histórica de los diversos grupos humanos (Lumbreras 1981; Bate 1998). Desde esta premisa conceptual podemos arribar a una definición de la especificidad de la Arqueología histórica, a la que pretendemos adscribir el siguiente trabajo.

Partimos de la concepción de arqueología de tiempos recientes (siglos XIX y XX) según la cual se trata de “…la arqueología de la implantación de sistemas productivos de una escala acorde a los requerimientos de un capitalismo plenamente desplegado en una escala planetaria” (Chiavazza y Prieto Olavarría 2008:44). En palabras de otros autores, el deber de la Arqueología histórica es evidenciar la relación dominante–dominado (Funari 1996); es demostrar los eventos que han sido borrados por intereses políticos, económicos y sociales (Ramos 2002). Para Sanoja Obediente (1996), el objeto de estudio de la Arqueología histórica nos conduce a conocer el surgimiento del Capitalismo, “…no sólo como un sistema económico sui generis sino como un modo de vivir, totalmente diferente a los conocidos hasta el siglo XV, caracterizado por la globalidad de su dinámica histórica, por el desarrollo de nuevas fuerzas productivas y relaciones sociales de producción, nuevas instituciones económicas, tecnológicas, sociales e intelectuales, de una nueva ética de las relaciones interpersonales” (Sanoja Obediente 1996:1). La Arqueología del Capitalismo, denominada de esta manera por el autor, nos brinda la posibilidad de abordar “…el estudio de la vida cotidiana de la gente del común, no sólo de las élites sociales” (Sanoja Obediente 1996:3), ahondando, de esta manera, en los procesos históricos que dieron surgimiento a los estados nacionales, mediante el “…estudio combinado de los registros arqueológicos, los registros textuales, los registros visuales y las tradiciones orales” (Sanoja Obediente 1996:3). De esta manera, la función social más importante que desempeña la Arqueología histórica es la de “…democratizar el pasado, presentando la vida cotidiana de las personas comunes que no están visibles en el registro documental” (Funari 1999:169). En el mundo anglosajón, un impulso a la Arqueología de este período la dio el enfoque de Orser, cuando habla de la arqueología del mundo moderno y de allí su vínculo con la expansión global del capitalismo (Orser 1996), la cual ha sido y es muy popular entre arqueólogos históricos.

MARCO HISTÓRICO Y ANTECEDENTES

Los efectos del terremoto de 1861 en el casco fundacional de Mendoza trajeron aparejado la implementación de las concepciones imperantes de orden y progreso propias de la época, las que se vieron reflejadas en la configuración del nuevo espacio urbano y en el ordenamiento social. Según Manuel Lemos (1884), la ciudad de Mendoza “…estaba dividida en dos barrios: el ‘viejo’ y el ‘nuevo’” (Néstor Lemos 1973:90-91, en Bárcena y Schávelzon 1991). La nueva ciudad se trasladó hacia el Sudoeste de la ciudad original, quedando ésta en la “periferia”, con casas antiguas, dañadas, empobrecidas y degradadas. Los vecinos “pudientes” abandonaron la vieja ciudad y sólo se quedaron allí las “chusmas” y los sectores “de los más bajos fondos sociales”, como gustaba decir la oligarquía (Lacoste, en Roig et al. 2004:188). Por su parte, hacia la nueva ciudad avanzó la “…parte sana y culta de la sociedad” (Lacoste, en Roig et al. 2004:187). Según Bárcena y Schávelzon (1991), los vecinos del barrio marginal reutilizaron los materiales y escombros de los antiguos edificios para levantar “…casuchas de adobes y hasta pocilgas de palos y lonas” (Néstor Lemos 1973:90-91, en Bárcena y Schávelzon 1991). En palabras de Moussy: “…los habitantes se negaron a abandonar las ruinas de la ciudad, que les ofrecían además de la propiedad del terreno, los ladrillos, los postes, los restos de toda clase que podrían ayudar a la reconstrucción deseada” (Moussy 1864-III:464, en Bárcena y Schávelzon 1991).

“El 14 de mayo de 1877, bajo el impulso del empresario Elías Villanueva y los constructores Moreno y González, se construyó el Matadero Público en el predio donde durante siglos funcionó el Cabildo de la ciudad colonial” (Guaycochea 1987/88:175). Los autores plantean que el nuevo Matadero fue construido con materiales, pisos, cimientos y parte de los muros del Cabildo, ya que “…se habría hecho en el mismo nivel de piso que el antiguo Cabildo y conservando por lo menos una parte de la obra antigua” (Bárcena y Schávelzon 1991:39). Asimismo, a partir de la interpretación de una imagen fotográfica (Figura 1), los autores plantean que las condiciones de trabajo e higiene del Matadero fueron deplorables. Las referencias históricas planteadas por J. A. Salas y Emilio Coni, permiten reforzar las interpretaciones de Bárcena y Schávelzon (1991).

Figura 1. Sistema Antiguo de matanza en el Matadero Público de Mendoza (Coni 1897, en Bárcena y Schávelzon 1991:42).
Figura 1. Sistema Antiguo de matanza en el Matadero Público de Mendoza (Coni 1897, en Bárcena y Schávelzon 1991:42)

J. A. Salas narra las condiciones de higiene del Matadero, diciendo que el lugar estaba siempre sucio y “…en las más desconsoladoras condiciones de higiene” (Salas 1889:75, en Bárcena y Schávelzon 1991), ya que los sumideros “…están repletos y en parte hundiéndose” (Salas 1889, en Bárcena y Schávelzon 1991:76), y asimismo por el “…mal que se propone subsanar arrojando al zanjón los desperdicios de la matanza” (Salas 1889, en Bárcena y Schávelzon 1991:76). El higienista Emilio Coni, a partir de la defectuosa construcción del establecimiento y las condiciones higiénicas lamentables del Matadero, propone modernizar el sistema de matanza a través de la construcción de “…un pequeño edificio cerca del zanjón para depósito de guano y otros detalles” (Coni 1897, en Bárcena y Schávelzon 1991:43) y “…dotar al matadero de un pavimento impermeable con cemento portland, ó de piedras lisas con junturas de tierra romana; del mismo modo (…) prolongar la canaleta de las aguas servidas hasta (…) el desagüe del zanjón” (Coni 1897, en Bárcena y Schávelzon 1991:206).

Los testimonios orales obtenidos por Bárcena y Schávelzon (1991) de antiguos vecinos de la 4ª Sección (Juan Alfonso y Sixto Eudolio Alfonso), hacen referencia a una feria provisoria, construida con palos y telas tras la demolición del Matadero –hacia 1927– y que “…funcionó hasta poco antes de formalizarse la (…) construcción total de la feria municipal a comienzos de los años 40” (Bárcena y Schávelzon 1991:45). Según las descripciones que pudieron obtener los autores, en ese sector también funcionó “…un almacén donde se vendían bebidas alcohólicas” (Bárcena y Schávelzon 1991:45), como así también evidenciaron marcas de postes correspondientes a una construcción y un basural con cientos de botellas (Bárcena y Schávelzon 1991).

Antecedentes sobre el estudio del material vítreo en Mendoza

El trabajo de referencia, dedicado fundamentalmente a las excavaciones (Bárcena y Schávelzon 1991), no abundó en detalles sobre los contextos recuperados. Por esta razón, el presente estudio busca aportar a aquel y dar la relevancia correspondiente a las interpretaciones logradas, por medio de los estudios tipológicos sistemáticos y cuantitativos.

Los antecedentes descriptivos (García 2005) en el estudio de materiales y artefactos de vidrio son los trabajos que hacen énfasis en la presencia de estos materiales en excavaciones arqueológicas, en la definición de la sucesión de ocupaciones en los diversos sitios estudiados, pero no se detallan los criterios de análisis sistemáticos sobre el material arqueológico vítreo. El estudio de los objetos arqueológicos vítreos en Mendoza fue, en su mayoría, de tipo descriptivo y muy poco desarrollado hasta principios del siglo XXI. Las investigaciones realizadas sobre esta temática corresponden al Fuerte histórico de San Rafael (Lagiglia 1983) y al Cabildo de la ciudad de Mendoza (Bárcena y Schávelzon 1991), como así también la excavación de un basurero de una casa colonial emplazada en el área fundacional (Chiavazza y Tamiozzo 2002). Estos trabajos permitieron reconocer tipologías y cronologías. A diferencia de los trabajos descriptivos, los trabajos analíticos (García 2005) toman a los materiales arqueológicos vítreos de manera particular, aplicando ciertas variables de análisis que atienden a las cualidades propias que presentan estos materiales, a través de un desarrollo y una aplicación metodológica más minuciosa y sistemática que la simple observación descriptiva y asociándolos exhaustivamente a sus contextos de procedencia, lo que pone en relevancia también los procesos de formación del sitio y la información con la que también contribuyen los vidrios. Entre los trabajos analíticos que se realizaron en Mendoza se puede mencionar aquel desarrollado en un sitio de explotación minera en precordillera, en el que se determinó tipológica y cronológicamente los materiales hallados, aunque no se explicitan las metodologías aplicadas a esa determinación (Durán et al. 2002). El segundo trabajo presenta una metodología más precisa para analizar los objetos arqueológicos vítreos provenientes de las Ruinas de San Francisco, emplazadas en el Área Fundacional; en éste se buscó integrar los restos desde su cuantificación, en secuencias de excavación y contextos precisos (García y Quiroga 2002). El tercer trabajo consiste en la utilización y aplicación de criterios específicos de análisis para los vidrios arqueológicos procedentes de las excavaciones en el predio mercedario de la ciudad de Mendoza, y se brindó información sobre preferencias de consumo y patrones de uso-descarte de los vidrios en el sitio eclesiástico La Merced (García 2005). El trabajo más reciente desarrollado en la provincia sobre esta temática detalla los análisis realizados sobre los objetos arqueológicos vítreos provenientes del emplazamiento minero Los Hornillos. Este trabajo tuvo como objetivo determinar la tipología, la cronología y la función del registro vítreo para determinar conductas de consumo, como así también la refuncionalización de fragmentos vítreos como posibles artefactos de raspado y/o corte en un contexto productivo de altura, como es el caso de la mina de Los Hornillos (Sironi 2010). Es en relación con estas últimas líneas que se adscribe el presente trabajo.

MATERIALES Y MÉTODO

Los objetos de vidrio hallados en las excavaciones arqueológicas pueden ser utilizados como indicadores temporales que nos facilitan la datación relativa de los contextos arqueológicos. Esto se debe a que la variación en las técnicas utilizadas para la elaboración de piezas vítreas deja huellas que nos permiten establecer aproximadamente la época en la que fueron manufacturadas. El análisis de las diferentes variables facilitan identificar cronologías y origen, así como cuantificar su incidencia en los diferentes tipos representados.

Las técnicas metodológicas aplicadas tanto en los análisis generales como para los específicos responden a los criterios elaborados en el CIRSF (Chiavazza et al. 1999) y los planteados por García (2005). Esta autora realiza un detalle de cada variable utilizada en los análisis, además de “…proponer una metodología (…) que se pueda aplicar a los objetos vítreos independientemente del lugar excavado y que unifique criterios a fin de hacer comparables las muestras” (García 2005:306). Por esta razón, los resultados que aquí alcancemos serán correlacionados con los de otros sitios y contextos sincrónicos excavados en la ciudad y sus alrededores.

Las variables utilizadas para el análisis general contemplan un estudio sistemático de todos y cada uno de los fragmentos y “formas” recuperadas. Este primer acercamiento al registro arqueológico vítreo del Matadero, brindó información de los fragmentos y objetos en el momento de su cuantificación, a partir de la cual se separaron los restos irreconocibles de los diagnósticos o “formas” que permitió identificar “manufacturas, tipologías y cronologías, como picos, bases y marcas de costura en el cuerpo de la pieza” (García 2005:307). Los elementos diagnósticos o las denominados “formas” (García 2005), presentan características particulares morfológicas y funcionales que “…definen a los artefactos y permiten un acercamiento cronológico y tipológico” (García 2005:307).

Características generales del sitio Matadero

El sitio arqueológico cuenta con 23 sectores (Cuadrículas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 12, 14/15, 18 y F; Damero; Trinchera Central; Trinchera Centro-Sur; Trinchera E; Trinchera Centro-Norte; Trinchera Norte; y Sondeos I, II, III, IV, V y VI), excavados durante las campañas arqueológicas de 1989 y 1990, los cuales representan diferentes etapas de ocupación y abandono del sitio (Bárcena y Schávelzon 1991): Cabildo de Mendoza (1749-1861); contexto de abandono (1861-1877); Matadero Público (1877-1927); nuevo contexto de abandono (19271940); Feria de Frutas y Hortalizas Municipal (1940-1980); abandono del sitio (1980-1985) y campamento de damnificados por el terremoto de 1985 (19851988); trabajos arqueológicos (1989-1990-1992); y finalmente la inauguración del Museo del Área Fundacional (1993) (Figura 2).

Figura 2. Localización de las cuadrículas excavadas en el sitio del actual Museo del Área Fundacional (Tomado de Bárcena y Schávelzon 1991:59)
Figura 2. Localización de las cuadrículas excavadas en el sitio del actual Museo del Área Fundacional (Tomado de Bárcena y Schávelzon 1991:59)

Los sectores excavados fueron ubicados a partir de un punto central del lado oeste del terreno y demarcados con 1,5 m de lado y con una altura establecida mediante un punto cero artificial –“nivel cero”, común para las excavaciones en el predio (Bárcena y Schávelzon 1991). Para nuestro estudio tomaremos los sectores excavados a fines de 1989, correspondientes al denominado Matadero: Trinchera Norte, Trinchera Centro-Norte, Trinchera E y Damero. La Trinchera Norte comprendió una extensión de 16,2 m por 1,50 m de ancho y la Trinchera Centro-Norte llegó a 13,6 m de largo por 1,5 m de ancho. La extensión de la cuadrícula denominada “Damero” fue de 7,5 m por 6,5 m de ancho. Respecto a la Trinchera exploratoria Este, no se presenta información (Bárcena y Schávelzon 1991).

La secuencia estratigráfica de los sectores mencionados se concentra en unos 1,7 m, con marcadas diferencias, todas de origen antrópico, pero que a la vez permiten diferenciar niveles de suelo, mantenidos y/o reutilizados en diferentes etapas (e.g. el reciclado de los restos del Cabildo antes y luego del terremoto de 1861, y el relleno del terreno luego de la demolición del matadero para el establecimiento de la Feria de la década de 1940) (Figura 3).

Figura 3. Estratigrafía del sector de donde proceden los materiales aquí excavados (Tomado de Bárcena y Schávelzon 1991:71)
Figura 3. Estratigrafía del sector de donde proceden los materiales aquí excavados (Tomado de Bárcena y Schávelzon 1991:71)

RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS VÍTREOS

El registro arqueológico vítreo seleccionado proviene de la recolección superficial y las excavaciones sistemáticas de los sectores denominados Damero, Trinchera Norte, Trinchera Centro-Norte y Trinchera E (Bárcena y Schávelzon 1991). El universo total de la muestra asciende a 1.773 elementos, los cuales constituyen el número final sobre el que se realizaron todos los cálculos y lecturas que se presentarán a continuación. Entre ellos, 1.515 corresponden a fragmentos no diagnósticos (85,45%) y los 258 elementos restantes corresponden a las denominadas “formas” (14,55%). Los elementos ensamblados y/o remontados suman un total de 462 fragmentos, correspondientes al 26,06% de la muestra. En la Tabla 1 se puede observar la distribución cuantitativa y porcentual del registro vítreo representado en los sectores excavados y en la recolección superficial1.

Análisis generales de fragmentos vítreos de Matadero

El hecho que se encuentren uno o dos fragmentos por pieza es un obstáculo para definir categorías morfológicas. Para cumplir con este objetivo, se diseñaron análisis a partir de observaciones, descripciones, mediciones y cuantificaciones sobre la fragmentería que permitieran dar algunas precisiones al respecto. El primer paso fue identificar qué sector de los recipientes u objetos vítreos dieron origen a los fragmentos. Esto permitió separar los fragmentos en dos grupos: las secciones diagnósticas de las no diagnósticas (entre aquellas que aportan información sobre la forma del objeto vítreo y las que no lo permiten). Las primeras corresponden a picos, bordes, cuellos, bases, hombros y fragmentos de cuerpo que presenten marcas de costura. Las partes no diagnósticas son los fragmentos de cuerpo que no brindan información específica sobre determinados objetos y/o funciones.

La proporción de las secciones diagnósticas que permiten inferir la función de los elementos y ofrecen información de manufacturas y cronologías representa el 14,55% (n=258) del total analizado (n=1.773), mientras que los elementos no diagnósticos representan el 85,45% (n=1.515). La muestra arqueológica analizada en este trabajo (n=1.773) no presenta ninguna pieza entera2.

Tabla 1. Cantidad y porcentajes de materiales hallados según recolección superficial y excavaciones
Tabla 1. Cantidad y porcentajes de materiales hallados según recolección superficial y excavaciones

Con respecto a los 1.773 materiales arqueológicos vítreos analizados, podemos observar que los porcentajes de las partes diagnósticas que conforman a los recipientes vítreos se presentan en un 69,65% correspondientes a cuerpos; 14,33% a bases; 6,88% a picos; 1,07% a bordes; y el 8,07% restante se distribuye en hombros, cuellos, decantadores, tapas, asas e indeterminados (Tabla 2).

Tabla 2. Partes diagnósticas que conforman a los recipientes
Tabla 2. Partes diagnósticas que conforman a los recipientes

Del total de los materiales arqueológicos vítreos hallados en los sectores seleccionados (Damero, Trinchera Norte, Trinchera Centro-Norte y Trinchera E) se pudieron identificar los siguientes tipos generales: botellas, frascos en general, frascos de cosméticos, frascos medicinales, frascos de conserva, damajuanas, copas, vasos, tazas, tulipas, ventanas, florero, plato, azulejo, bolitas, jarra, adornos, porta-objetos y fragmentos indeterminados. A modo de aclaración, en la tipología general de botellas se encuentran los materiales clasificados por contenidos (e.g. vino, ginebra, Hesperidina, cerveza, gaseosa, agua, Ferroquina, espumantes) (Tabla 3).

Tabla 3. Cantidad y porcentajes de fragmentos vítreos aplicando el criterio de tipología general
Tabla 3. Cantidad y porcentajes de fragmentos vítreos aplicando el criterio de tipología general

La totalidad de los objetos recuperados en excavación y recolección superficial se integran en una clasificación general según los usos. De esta manera se incluyen en los usos comerciales (67,23%) los 1.192 fragmentos correspondientes a damajuanas y botellas; en cierre (14,16%), los 251 fragmentos de ventana y azulejo; en usos productivos (13,59%), los 241 elementos identificados como frascos medicinales, cosméticos, de conserva y en general. En menor porcentaje se presentan los usos de consumo (3,78%), conformados por fragmentos de vaso, taza, copa, florero, plato, azucarera y jarra (n=67); los usos ornamentales (0,79%), representados por diez fragmentos de adorno y cuatro de porta-objetos; y los usos de luminaria (0,23%), representados por cuatro fragmentos de tulipa. El 0,22% restante se distribuye en usos lúdicos (n=2) y usos indeterminados (n=2) (Figura 4).

Figura 4. Representación porcentual de los tipos de usos de fragmentos
Figura 4. Representación porcentual de los tipos de usos de fragmentos

A partir de la presencia/ausencia de materiales vítreos (y su representatividad cuantitativa y tipológica) en este contexto arqueológico, podemos inferir posibles áreas de actividad. La Tabla 4 indica una alta presencia de materiales vítreos (55,67%) en sectores de faenamiento y áreas de descarte (Trinchera Norte, Trinchera Centro-Norte y Trinchera E), como así también en el sector administrativo (29,84% - Damero). Asimismo, podemos observar un alto consumo de bebidas (45,85%) en contextos de trabajo (Sector de faenamiento).

A continuación observaremos las distribuciones y cantidades de fragmentos según el criterio de usos, representado en cada sector excavado y recolectado superficialmente (Tabla 4).

Tabla 4. Clasificación por usos de los fragmentos según contextos arqueológicos, hallados en recolección superficial y excavaciones
Tabla 4. Clasificación por usos de los fragmentos según contextos arqueológicos, hallados en recolección superficial y excavaciones

Análisis tipológicos y funcionales de fragmentos diagnósticos

De la totalidad de los materiales hallados (n=1.773) en el Matadero, las formas o elementos diagnósticos (n=258) que se pudieron reconstruir e identificar a nivel específico y ser utilizados como ejemplos para un análisis puntual fueron los siguientes: botellas de vino, cerveza, sidra, champagne, whisky, licor, moscato, Hesperidina, ginebra, agua, gaseosa y alcohol etílico; damajuana; frascos medicinales, cosméticos y de conserva; fragmentos de copa, vaso, jarra y azucarera, como así también fragmentos de ventana y elementos lúdicos como bolitas de vidrio. Hemos seleccionado estos ejemplos ya que fueron considerados como representativos tipológicos de artefactos. En la siguiente Tabla se presentan las cantidades y porcentajes que caracterizan a la muestra (Tabla 5).

Tabla 5. Cantidad y porcentajes de las denominadas formas, aplicando el criterio de tipología general
Tabla 5. Cantidad y porcentajes de las denominadas formas, aplicando el criterio de tipología general

La Tabla 5 nos indica que las botellas de cerveza constituyen un 31%; las botellas de vino representan un 14,34%; la ginebra, la Hesperidina y las bebidas espirituosas revelan un 12,79%; las bebidas espumantes un 3,10%, y los fragmentos correspondientes a damajuanas y Moscato indican sólo un 1,55% de la muestra total de las formas (n=258). A partir de estos datos, podemos deducir que los elementos diagnósticos que hacen referencia a bebidas alcohólicas obtienen el mayor porcentaje de la muestra representado en 62,78%. Los recipientes de usos medicinales representan el 20,16%, y el 17,06% restante se distribuyen en bebidas sin alcohol, usos productivos, de cierre y consumo.

Análisis de marcas de fabricación y determinaciones cronológicas relativas

Los estudios tipológicos generales y específicos de cada material recuperado fueron acompañados por el análisis de las marcas de fabricación, ya que esto nos permite determinar la manufactura con que fue elaborado cada objeto de vidrio y tener un referente temporal de fabricación. Este análisis nos permite observar la potencialidad de la muestra para definir tendencias cronológicas, para luego contraponerlos a sus posiciones estratigráficas y cotejarlas. Los porcentajes de los tipos de manufactura que fueron tomados de las 260 formas analizadas, se distribuyen en manufacturación por soplado (0,39%), soplado en molde (30,23%) y molde industrial (69,38%). Del total de la muestra diagnóstica (n=258), las partes que nos ofrecen información de manufacturas y cronologías son los picos (40,7%), las bases (35,27%) y los fragmentos de cuerpo con marcas de costuras (24,03%).

La abundante presencia de objetos de fabricación semiautomática e industrial, se debe a las innovaciones tecnológicas provocadas por la Revolución Industrial. Esto posibilitó, en el siglo XIX, la fabricación en serie y el abaratamiento de los costos de los productos de vidrio, lo que significó una explosión en el consumo y un menor interés en el mantenimiento de las piezas (descartadas más fácilmente por su ubicuidad). Las marcas que dejan estos procesos de manufactura nos proporcionan información sobre la época en que pudo haber sido realizada la pieza. De acuerdo a los análisis realizados, se observa que el uso de elementos de vidrio registrado en el sitio Matadero se da de acuerdo a los datos cronológicos de la tecnología empleada desde fines del siglo XIX hasta fines del siglo XX. Esta situación se comprende en un contexto caracterizado por los cambios tecnológicos y los intercambios de materias primas y productos manufacturados desde fines del siglo XVIII (Ramos 2002).

Los objetos ubicados en el período temporal de fines del siglo XIX y comienzos del XX son el 11,63% (n=30) del total de las partes diagnósticas. Los pertenecientes a la primera mitad del siglo XX representan el 46,90% (n=121) y los pertenecientes a la segunda mitad del siglo XX son el 41,47% (n=107). Estos porcentajes demuestran la alta presencia de materiales correspondientes a fines del siglo XIX y materiales exclusivamente del siglo XX, señalando la modernidad de los objetos vítreos y su posible aumento en el uso de estos productos de vidrio (Tabla 6).

Tabla 6. Relación de manufacturas y su período temporal
Tabla 6. Relación de manufacturas y su período temporal

En la Figura 5 podemos observar las 258 formas según las cronologías representadas en la recolección superficial y en cada sector excavado, en la que se evidencia un predominio de formas correspondientes a la primera y segunda mitad del siglo XX y ubicados en el sector arqueológico denominado Trinchera Norte.

Figura 5. Representación de las cronologías, según las excavaciones y la recolección superficial
Figura 5. Representación de las cronologías, según las excavaciones y la recolección superficial

De acuerdo a los análisis, hemos obtenido los siguientes cortes temporales: los objetos exclusivamente de fines del siglo XIX ascienden a 30 formas (11,63%) y se ubican estratigráficamente en superficie hasta los 10 cm, entre los 60 y 70 cm, y luego entre los 90 y 130 cm de profundidad; los fragmentos correspondientes a la primera mitad del siglo XX representan el 46,9% (n=121) y se encuentran en superficie y en la primer extracción (0-10 cm), como así también desde los 60 cm hasta los 120 cm; y los materiales correspondientes a la segunda mitad del siglo XX constituyen el 41,47% (n=107), hallándose en superficie hasta los 10 cm, luego entre los 40 y 50 cm, y desde los 60 hasta los 100 cm de profundidad. A continuación, presentaremos la información general respecto a las cronologías de las formas y cómo éstas se ubican en las posiciones estratigráficas para observar las tendencias temporales de ocupación del sitio (Tabla 7).

Tabla 7. Cantidad y porcentajes de las formas, según el criterio cronológico de fabricación por extracciones
Tabla 7. Cantidad y porcentajes de las formas, según el criterio cronológico de fabricación por extracciones

A partir de la presentación de este cuadro, queda expresada la tendencia temporal del sitio en períodos ocupacionales de fines del siglo XIX y todo el siglo XX. Se indica que fueron espacios de uso sostenido con lapsos intermedios de abandono, lo cual implica que se tiene una menor resolución temporal del registro debido a los menores niveles de integridad. También es preciso tener en cuenta que la presencia de vidrios modernos en niveles definidos como antiguos sugiere considerar los análisis de procesos de alteraciones posdepositacionales.

Análisis sobre estado de rodamiento, huellas posdepositacionales y fragmentación del material arqueológico vítreo

Si consideramos el análisis del estado de rodamiento, la fragmentación y las huellas posdepositacionales que presenta el registro arqueológico vítreo del sitio Matadero, podremos identificar los agentes que actuaron antes, durante y después del proceso de depositación de los materiales arqueológicos. En términos generales, en nuestros análisis hemos observado signos de degradación que llevaron a que los vidrios perdieran las características originales del material.

Figura 6. Picos de botellas de vino, cerveza, licor y frascos medicinales correspondientes a 1870/80 y 1920/30
Figura 6. Picos de botellas de vino, cerveza, licor y frascos medicinales correspondientes a 1870/80 y 1920/30

Los análisis correspondientes al estado de rodamiento de los fragmentos vítreos, implican una primera aproximación y clasificación sobre el estado de las piezas, distinguiéndose las rodadas (bordes no cortantes) de las no rodadas (bordes cortantes). Los vidrios presentan una notable diferencia entre elementos no rodados (n=1.569; 88,49%) y elementos rodados (n=204; 11,51%). Los materiales rodados se hallan frecuentemente en superficie y principalmente entre los 0 y 20 cm de profundidad (95,44% sobre n=1.569), apareciendo aisladamente hasta los 130 cm.

Fragmentación

Además del análisis del estado de rodamiento, nos ocupamos de estudiar la fragmentación de las piezas. Las medidas fueron tomadas en centímetros, en tendencias menores a (por ejemplo menos de 2 cm), y se consideraron los diámetros de los fragmentos. Se optó por este criterio debido a la irregularidad que presenta la muestra y para obtener una visión completa sobre la tendencia de la fragmentación. Los datos fueron agrupados en módulos3 y los resultados expresados en porcentaje. Los módulos definidos para los fines de este análisis son cuatro: Muy pequeños (menos de 2 cm); Pequeños (entre 2,01 y 4 cm); Medianos (entre 4,01 y 6 cm); Grandes (entre 6,01 y 8 cm). Este cuadro (Tabla 8) permite visualizar la fragmentación y el tamaño de los fragmentos. Según los porcentajes de fragmentación, los vidrios muy pequeños representan el 44,95% de la muestra; los pequeños el 47,1%; y los medianos el 6,99%. Con respecto a los fragmentos mayores a 6 cm de diámetro (entre 6,01 y 8 cm), la muestra representa un 0,96% de elementos grandes. Estos porcentajes exhiben una muestra bastante alterada y muy fragmentaria.

Tabla 8. Cantidad y porcentajes de materiales vítreos según el criterio de fragmentación por extracciones
Tabla 8. Cantidad y porcentajes de materiales vítreos según el criterio de fragmentación por extracciones

Al relacionar esta fragmentariedad con las profundidades en que ha sido recuperado el material, se observa que los vidrios grandes se hallaron entre los 0 y 10 cm de profundidad, luego esporádicamente desde los 50 a los 70 cm, y entre los 110 y 120 cm de profundidad; mientras que los fragmentos muy pequeños, pequeños y medianos se hallan en toda la secuencia estratigráfica (0-130 cm), con la excepción de los fragmentos medianos que no se presentan en la extracción 40-50 cm de profundidad. Los fragmentos medianos se hallan mayoritariamente desde superficie hasta los 10 cm, apareciendo esporádicamente desde los 20 cm hasta los 100 cm. Asimismo, podemos observar que en la extracción 30-40 cm no se han hallado materiales vítreos.

Huellas Posdepositacionales

Si bien existen investigaciones realizadas sobre los agentes externos que afectan y actúan sobre las composiciones químicas del material vítreo (Traversa et al. 2002; Pineau 2006), no es nuestra intención en este trabajo realizar análisis químicos sobre los objetos hallados, ya que dejamos la posibilidad de realizarlos en estudios posteriores para lograr un conocimiento holístico sobre los procesos de formación del depósito arqueológico y las características que indican alteraciones posdepositacionales.

En la Tabla 9 se presenta la información referida a los tipos de alteraciones que se observan en el registro arqueológico vítreo después de realizar un análisis macroscópico y consignar las alteraciones que presenta cada fragmento: tipos de huellas posdepositacionales, cantidad de elementos alterados por extracciones, porcentajes sobre el total de fragmentos analizados (n=1.773) y porcentajes sobre el total de huellas analizadas (n=4.959). Nuestros análisis se enfocaron siguiendo los criterios de observación sistemática y catalogación de las diversas huellas que presenta el material. Los tipos de huellas posdepositacionales que hemos observado son: líneas, lascados aislados sobre bordes, exfoliado, trizaduras, tornasolado, craquelado, meteorizado y adherencias.

En términos generales, podemos observar que los materiales más alterados corresponden a los dispersos en superficie y depositados en la primera extracción artificial (0-10 cm), como así también los fragmentos hallados entre los 60-70 cm y desde los 90 cm hasta los 120 cm de profundidad.

En la Tabla 9 se observa que las huellas más recurrentes (84,94%) que presentan los vidrios del Matadero son los lascados aislados (30,61%), las líneas (27,73%) y los tornasolados (26,6%). Estas variables nos permiten interpretar que los materiales no presentan grandes daños, ya que pueden considerarse como “normales” dentro de los procesos posdepositacionales.

Tabla 9. Cantidad y porcentajes de fragmentos con huellas posdepositacionales según extracciones y superficie
Tabla 9. Cantidad y porcentajes de fragmentos con huellas posdepositacionales según extracciones y superficie

A su vez, existen algunos elementos (15,06%) que sí permiten evidenciar un estado de mayor alteración sobre los materiales. Estos son los fragmentos que presentan exfoliación (8,23%) y meteorización (0,02%). Según Traversa y colaboradores (2002), estas dos variables se relacionan con las características químicas de la pasta vítrea y su durabilidad, con el pH y el tipo de suelo en el que se encontraban enterrados estos materiales. Asimismo, los fragmentos craquelados (0,36%) y trizados (5,58%) se interpretan por su cercanía o exposición directa de los materiales a fuentes de calor. Según Bárcena y Schávelzon (1991), entre los -110 y -135 cm del sector denominado Damero, se reflejó “…un episodio de combustión generalizada en el sector” (Bárcena y Schávelzon 1991:70), caracterizado por presentar rasgos carbonosos. Los materiales que presentaron huellas de adherencias sólo representan un 0,87%.

Figura 7. Picos de botellas de cerveza, licor y frascos medicinales correspondientes a las décadas de 1870/80 y 1920/30
Figura 7. Picos de botellas de cerveza, licor y frascos medicinales correspondientes a las décadas de 1870/80 y 1920/30

Con respecto a la meteorización, el estudio realizado por Pedrotta y Bagaloni (2006), indica que los procesos de meteorización pueden manifestarse en meteorización química y meteorización mecánica. La primera consiste en la evidencia de alteraciones en la superficie del objeto y se manifiesta a través de la formación de una pátina (“tornasolado o brillo iridiscente”), mientras que la segunda se manifiesta por causas naturales y/o antrópicas.

En esta meteorización interviene la composición química del vidrio y las condiciones ambientales (humedad, viento, radiación solar, entre otras), tanto en medios terrestres como acuáticos, ya sean expuestos o enterrados. Otro factor a tener en cuenta en la formación de la pátina es la acidez o alcalinidad del suelo (Pedrotta y Bagaloni 2006). La meteorización mecánica se manifiesta en agrietamiento, astillado, lascados, fracturas, etc., producto de la acción de diferentes agentes como ser la acción eólica, el pisoteo humano, la fricción de sedimentos de la matriz, etc.

A partir de los datos presentados, interpretamos que la afectación del registro arqueológico vítreo muestra lapsos extendidos de exposición, principalmente en el caso de los materiales correspondientes a recolección superficial, 0-10 cm, 60-70 cm y desde los 90 cm hasta los 120 cm de profundidad. Esto equivale a decir que existe menor integridad del registro arqueológico y menor resolución estratigráfica temporal en el sitio, como así también que los materiales arqueológicos vítreos sufrieron mayor exposición en superficie y ritmos de depositación lentos.

En ese caso, puede postularse la hipótesis de un uso sostenido del espacio desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, mas allá de los diversos lapsos de abandono que sufrió el área en estudio.

CONSIDERACIONES FINALES

Con el desarrollo de este trabajo hemos contribuido al conocimiento de la cultura material de la ciudad de Mendoza, precisamente entre fines del siglo XIX y todo el siglo XX. Puntualmente, hemos ofrecido información sobre preferencias de consumo y patrones de uso-descarte de los vidrios correspondientes al sitio histórico-arqueológico del Matadero Público de la ciudad de Mendoza.

Del total de la muestra (1.773 fragmentos), sólo se pudieron reconocer como formas diagnósticas el 14,55% (258 formas). Hemos observado que la mayor cantidad de formas se halló en los 60-70 cm de profundidad (43,41%) correspondientes a fines del siglo XIX y todo el siglo XX. Cabe destacar que desde los 100 cm hasta los 130 cm, sólo se presentan formas correspondientes a fines del siglo XIX y a la primera mitad del siglo XX, indicando su referencia al Matadero Público de la ciudad de Mendoza (1877-1927). Por debajo del nivel sedimentario Matadero (100-130 cm de profundidad), se hallan los niveles correspondientes al Cabildo (Bárcena y Schávelzon 1991). Los vidrios más numerosos de la muestra (n=1.192) corresponden a usos comerciales (botellas y damajuanas), continuando en importancia los usos de cierre (n=251 - ventana) y productivos (n=241 - frascos medicinales, cosméticos y de conserva). El resto de la muestra (n=89) se distribuye en usos de consumo, ornamentales, etc.

Para contribuir al conocimiento de los procesos posdepositacionales que originaron la formación del depósito arqueológico hemos analizado: el estado de rodamiento, la fragmentación y las huellas o marcas posteriores a su desecho. Del análisis de los rodamientos, se observó que la gran mayoría de los fragmentos no estaban rodados (88,49%), aunque sí presentaban marcas posdepositacionales. Los objetos que presentaban rodamiento se hallaron entre superficie y 20 cm de profundidad. Las huellas y/o marcas posdepositacionales más recurrentes en la muestra arqueológica son: lascados aislados (30,61%), líneas (27,73%) y tornasolados (26,6%). El resto de las huellas (15,06%) se presentan como exfoliado, trizaduras, adherencias y craquelado.

La muestra extraída es muy fragmentaria, ya que el 92,05% de los materiales es de tamaño muy pequeño (menos de 2 cm de diámetro) y pequeño (entre 2,01 y 4 cm de diámetro), mientras que los fragmentos de mayor tamaño (entre 4,01 cm y 8 cm) representan el 7,95% de la muestra. Por medio de estos datos –estado de rodamiento, fragmentariedad y huellas posdepositacionales– podría considerarse que la afectación del registro arqueológico vítreo muestra lapsos extendidos de exposición y ritmos de depositación lentos, debido al uso sostenido del espacio.

Una posible interpretación de estos análisis es que al hallarse los materiales vítreos tan fragmentados y, a su vez, poco rodados, se infiere que los objetos se usaron por tiempo extendido, y hasta que no estuvieran completamente rotos, y sin posibilidades de reutilización, no se los desechó.

Con respecto a los patrones de uso y descarte, podemos deducir que los objetos de mediados y fines del siglo XIX estuvieron en uso por más tiempo que los materiales exclusivamente del siglo XX, ya que estos últimos se los podía reemplazar rápidamente, causa que lleva a que aparezcan en mayor cantidad y que su uso fuera por un período más corto. Es decir, los vidrios se empiezan a consumir y descartar masivamente hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX. La propuesta de realizar una cronología relativa de los materiales vítreos a partir de los aspectos morfológico-funcionales (Pineau 2006), nos permitió aportar evidencias sobre las conductas de consumo de bebidas alcohólicas y otros productos en el Matadero.

Debido a las condiciones precarias del proletariado del Matadero, acompañadas por el patrón de uso y descarte masivo de recipientes de vidrio hacia fines del siglo XIX y principios del XX, se infiere que el consumo de bebidas alcohólicas fue elevado, tratándose de un sitio cuyos contextos referencian espacios de trabajo. De acuerdo con los resultados obtenidos en los análisis realizados sobre los elementos diagnósticos (n=258), el predominio y alto porcentaje (62,78%) de fragmentos de envases que contenían bebidas alcohólicas permiten corroborar esta idea. Asimismo, esto contribuiría empíricamente a consolidar los planteos de Salas (1889), Coni (1897) y Bárcena y Schávelzon (1991), que hacen referencia a las deplorables condiciones laborales e higiénicas del Matadero, donde asumimos que el consumo de alcohol se expresaría entre los trabajadores (Figura 8), como un medio de afrontar la falta de cualquier condición digna de trabajo, en el medio de una ciudad que se jactaba de su progreso y creciente ordenamiento en los albores del siglo XX.

Figura 8. Descalzos entre rieles y pezuñas (Tomado de Bárcena y Schávelzon 1991:44)
Figura 8. Descalzos entre rieles y pezuñas (Tomado de Bárcena y Schávelzon 1991:44)

NOTAS

1. Debe tenerse en cuenta que esta cifra es la que existe en los repositorios del Museo del Área Fundacional. Lamentablemente no se cuenta con los registros de campo ni otra documentación de excavaciones de aquellos años. Tampoco podemos establecer si los materiales respondieron a un criterio selectivo o algún tipo de muestreo. Por lo pronto, lo tomamos como nuestro universo de trabajo.

2. Esta afirmación no implica que no se hayan encontrado piezas enteras, tanto en otras cuadrículas como en posteriores intervenciones arqueológicas (ver Bárcena y Schávelzon 1991:Láminas XXIV-XXV).

3. Es oportuno recordar que el módulo es una medida construida en el momento de la lectura de la información. Lo que se busca es establecer estándares de tamaño para la interpretación del registro material.

AGRADECIMIENTOS

Sin el apoyo y esfuerzo cotidiano de los compañeros de trabajo del Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (CIRSF), este trabajo no habría sido posible. Quisiéramos agradecer a los Dres. Daniel Schávelzon y Joaquín Roberto Bárcena, así como a sus respectivos equipos, por la pionera labor arqueológica realizada en el Área Fundacional de Mendoza, ya que los análisis de los materiales provienen en parte de aquellas excavaciones. Asimismo, manifestamos nuestra gratitud a la Lic. Carolina Ortiz Castro y al Dr. Henry Tantaleán, quienes con sus evaluaciones y observaciones contribuyeron a mejorar el manuscrito original. A la Municipalidad de Mendoza, por apoyar el proyecto de arqueología urbana desde hace 18 años, enfatizándola durante los últimos cuatro.

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