Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana
Vol. 8, Núm. 1, enero - junio 2014. ISSN 2344-9918
Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina
Artículos

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL ÁREA FUNDACIONAL DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA, ARGENTINA. DEAN FUNES 67

ARCHAEOLOGICAL EXCAVATIONS IN THE FOUNDATION AREA OF THE CITY OF CÓRDOBA, ARGENTINA. DEAN FUNES 67

Andrés Izeta
IDACOR-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba.
Eduardo Pautassi
Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba
Thiago Costa
IDACOR-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba
Andrés Robledo
Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba
Cristian Bilinski
Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba
Cómo citar este artículo:
Izeta, A., Pautassi, E., Costa, T., Robledo, A. & Bilinkski, C. (2014). Excavaciones arqueológicas en el área fundacional de la ciudad de Córdoba, Argentina. Dean Funes 67. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana, 8(1), 45–69. Buenos Aires
RESUMEN:

Se presentan los primeros resultados de la intervención arqueológica, dentro del marco de un estudio de impacto, en un local comercial situado en el Barrio Centro de la ciudad de Córdoba. La parcela en estudio se encuentra localizada a escasos metros del Cabildo de la ciudad por lo que su estudio cobra importancia para el análisis de las formas de uso del espacio en la zona central de la ciudad a lo largo de más de 400 años de ocupación. Durante las excavaciones se hallaron diversos objetos (metal, vidrio, cerámica utilitaria, loza y restos de huesos) y una estructura arquitectónica. Esta última se trata de un muro de calicanto que permite asignar los restos al menos a tres momentos. Uno temprano que correspondería al siglo XVIII, y dos posteriores correspondientes a los siglos XIX y XX Con esto se evidencia la importancia de mitigar el impacto negativo que las nuevas construcciones producen sobre el registro arqueológico -oculto a quienes transitan asiduamente por su superficie- que enriquece y complementa la historia documental de la ciudad.

Palabras clave:
arqueología urbana, área fundacional, Córdoba, Argentina
ABSTRACT:

This paper aims at showing the first results of the archaeological intervention in a commercial store located in downtown Cordoba city. The study area is located just a few meters from the city council. During the excavations we found various kinds of objects (metal, glass, ceramic pieces, pottery and bone remains), in addition to architectural features, including a masonry wall, which allow us to interpret at least three different occupations. One would be related to activities from the eighteenth century, and at least two more related to the nineteenth and twentieth centuries. This work is an attempt to underline the importance of subsurface-controlled interventions in order to record the recent history of the city, currently hidden even to those who walk past its surface.

Keywords:
urban archaeology, foundational area, Córdoba, Argentina
RESUMO:

Apresentam-se os primeiros resultados de uma intervenção arqueológica no âmbito de um estudo de impacto localizado no Bairro Centro da Cidade de Córdoba. A área investigada se localiza a poucos metros do Cabido da cidade, fato que determina uma maior importância ao estudo. Durante as escavações se encontraram diversos objetos de cultura material (metal, vidro, cerâmica utilitária, louça, e restos ósseos) e estruturas arquitetônicas como um muro de calicanto que permitem datar as ocupações a pelo menos três momentos. A mais antiga corresponderia a atividades do século XVIII, e pelo menos mais duas relacionadas aos séculos XIX e XX. Com isto se pode perceber a importância de realizar intervenções controladas do subsolo com o propósito de registrar a historia documental da cidade que ainda, em nossos tempos, se encontram ocultas às pessoas que transitam regularmente por sua superfície.

Palavras-chave:
arqueologia urbana, área fundacional, Córdoba, Argentina
Recibido: marzo de 2013
Aceptado: febrero de 2014

INTRODUCCIÓN

Como resultado de la nueva legislación municipal de la ciudad de Córdoba (Ordenanzas 11.202/07 y 11.935/11) la investigación del patrimonio arqueológico urbano se ha visto beneficiado por la necesidad de contar con informes de impacto arqueológico en cada nueva obra que involucre el subsuelo y construcciones que contengan restos representativos de la historia de la ciudad (Izeta et al. 2012). Con esto, los restos arqueológicos contenidos en sectores de alto valor patrimonial, como lo es en general el Barrio Centro de la ciudad (Actis Danna et al. 2013), pueden ser protegidos de la dinámica transformadora propuesta por los desarrollistas y particulares en las parcelas ubicadas en el centro histórico de la ciudad mediante su registro y recuperación controlada a partir de intervenciones arqueológicas. Con ello se genera la posibilidad de que los restos que actualmente se encuentran en el subsuelo del centro de la ciudad sean recuperados con las técnicas apropiadas para su conservación y puesta en valor con lo que sin duda redundará en una mejor comprensión de los procesos históricos que llevaron a que Córdoba presente la fisonomía actual.

En este marco durante el mes de Agosto del año 2012, en la Parcela 3 de la Manzana 6 de la Zona 4 del Distrito 4 del Barrio Centro de la ciudad de Córdoba (calle Deán Funes 67), frente a una intervención en el subsuelo a los fines de construir un muro divisorio interno, se realizó una evaluación arqueológica del subsuelo.

La primera actividad, y como una primera instancia en el estudio de los restos arqueológicos, se realizó una observación in situ, constatándose una intervención previa la cual fue registrada mediante fotografías y la inspección de una cantidad de cantos rodados de tamaño medio (“piedra bola”) que presentaban fragmentos de cal y ladrillo adheridos.

Teniendo esto en cuenta se diseñó una intervención arqueológica en los sectores ya excavados a raíz de la obra civil y un muestreo en zonas cercanas con el fin de evaluar el impacto. Lo anterior permitió profundizar en el conocimiento de la ocupación del espacio a lo largo del tiempo en el área central de la ciudad, especialmente en aquellos lotes ubicados en manzanas colindantes con la actual Plaza San Martín (ex Plaza Mayor). Esto asimismo aporta nueva información sobre las características arquitectónicas generales tales como los modos constructivos y las intervenciones a lo largo del tiempo.

UBICACIÓN E HISTORIA OCUPACIONAL DE LA PARCELA

La Parcela 3, ubicada en calle Deán Funes 67, se localiza en una de las manzanas contiguas a la plaza San Martín. Según la Carta Digital de Riesgo Arqueológico de Actis Danna y coautores (2013) se ubica en la Zona de Riesgo Máximo, por lo cual cualquier intervención en su construcción vertical o intervención del subsuelo afectará los recursos arqueológicos presentes.

En consecuencia se hizo necesaria una revisión histórica de aquellos datos disponibles con el fin de acercarnos a una visión del uso de este terreno a través del tiempo. Para ello, seguimos el trabajo realizado por varios autores, entre los que destaca el de Luque Colombres (1980) en el cual se identifican datos acerca de los propietarios y usos de algunos solares de las manzanas fundacionales de la ciudad de Córdoba.

Córdoba fue fundada por Don Jerónimo Luis de Cabrera en el año 1573, pero no es hasta 1577 que se hace efectiva la construcción de las primeras casas particulares. En este primer período los españoles sólo ocupaban el fuerte y esporádicamente salían al exterior a realizar diversas tareas relativas a la subsistencia (Kronfuss 1920; Luque Colombres 1950). El primer plano fundacional fue revisado en 1577 por Suárez de Figueroa quien realizó una nueva traza urbana y redistribuyó las mercedes de las setenta manzanas fundacionales y sus diversos solares. En la nueva redistribución la Plaza Mayor se encuentra rodeada en sus cuatro lados tanto por edificios públicos (Catedral y Cabildo) como por propiedades particulares (Figura 1). Una de ellas ubicada en lo que se denomina actualmente Manzana 6 (Zona 4, Distrito 4) es la que fue destinada al Cabildo y cárcel de la ciudad. Para el año 1600 el solar se hallaba “despoblado y `hecho un muladar´” según consta en el legajo 5 del expediente 11 relevado por Luque Colombres (1980: 55). Esta misma situación se mantiene durante la primera mitad del siglo XVII ya que las referencias lo indican como “tierras y solar despoblado”, propiedad del Cabildo (Leg. 74 f. 101, Luque Colombres 1980:126 y 252).

Figura 1: Esquematización del Plano fundacional de la ciudad de Córdoba, basado en la traza realizada en 1577 por Lorenzo Suárez de Figueroa (Archivo Municipal de Córdoba, Page 2004). Se marca el solar correspondiente al Cabildo y el sector que ocupa la parcela en estudio.
Figura 1: Esquematización del Plano fundacional de la ciudad de Córdoba, basado en la traza realizada en 1577 por Lorenzo Suárez de Figueroa (Archivo Municipal de Córdoba, Page 2004). Se marca el solar correspondiente al Cabildo y el sector que ocupa la parcela en estudio

El 14 de noviembre de 1676 el solar es vendido por el Cabildo al Monasterio de Santa Catalina de Siena en 1000 pesos. Hacia 1684, luego que Da. Lucía Díez Gómez, viuda del capitán Francisco de Molina Navarrete, se compromete a “(…) entregar piedra del cerro y del río, cal, tierra del cerro, arena del río y ladrillos para su ranchería y edificios” (leg. 158, exp. 7) se comienza la construcción de la “Ranchería del monasterio” (Leg 95 f. 2, en Luque Colombres 1980).

Hacia mediados del siglo XVIII se emplazaba en parte del solar la vivienda del Gobernador Antonio del Viso, encontrándose en pie la Ranchería mencionada anteriormente y varios corrales (Page 2008:114).

Hacia el siglo XIX el solar comenzó a segmentarse alcanzando hacia la década de 1880 un total de 16 parcelas, tal como lo documenta el catastro realizado a instancias del Agrimensor Ángel Machado (Archivo Histórico Municipal de Córdoba [AHMC], Catastro Machado). El lugar a ser presentado en este trabajo se ubica en el sector este de la parcela 3 del catastro Machado y que coincide con la nomenclatura catastral actualmente en vigencia (Figura 2).

Figura 2. Superposición del catastro Machado (1889, AHMC) y del catastro actual (1980). Se marcan en gris claro la Parcela 3 y en gris oscuro el sector intervenido. Pueden observarse las tipologías constructivas y en la porción este de la manzana el Cabildo de la Ciudad (Parcela 8). En línea continua ancha medianeras, en línea continua fina divisiones internas del catastro de 1889. En línea de puntos catastro actual de la Municipalidad de Córdoba (1980).
Figura 2. Superposición del catastro Machado (1889, AHMC) y del catastro actual (1980). Se marcan en gris claro la Parcela 3 y en gris oscuro el sector intervenido. Pueden observarse las tipologías constructivas y en la porción este de la manzana el Cabildo de la Ciudad (Parcela 8). En línea continua ancha medianeras, en línea continua fina divisiones internas del catastro de 1889. En línea de puntos catastro actual de la Municipalidad de Córdoba (1980)

Analizando la información relevada para fines del siglo XIX se puede observar una definida modalidad arquitectónica: hacia las porciones externas de las construcciones se privilegiaba el uso del espacio en forma de habitaciones, en el centro de la manzana se mantenían espacios libres con presencia de arbolado (Ver Figura 2 las parcelas 2 y 12). Es muy probable para ese entonces, que los recintos externos oficiaran de comercios y los más internos de depósitos y habitaciones, con la presencia de pequeñas áreas destinadas a patios.

En el caso de la parcela tres y parte de la cuatro según la denominación de los planos de Machado (Machado 1889, AHMC), que más adelante se integrarían para conformar los límites de la actual parcela 3, se puede observar una serie de construcciones, las que desde el exterior hacia el interior pueden asignarse a comercios, zaguán, depósito, patio interno, habitaciones internas. Hacia el fondo, integrándose con la actual parcela 4, habría dos construcciones y otro patio interno.

Esta distribución nos remite a una casa de estilo colonial como las registradas en pie (Trecco 2008) o mediante excavaciones arqueológicas para varios sectores del Barrio Centro de la Ciudad (e.g. Berberián et al. 2008; Uribe 2010; Srur et al. 2011; Izeta y Pautassi 2013).

Esto nos muestra una historia constructiva y de ocupación del terreno bastante intensa en particular a partir de fines del siglo XVIII.

RELEVAMIENTO PREVIO

En el mes de Agosto de del año 2012 se realizó una intervención del subsuelo en parte de la Parcela 3, Manzana 4, Zona 4 del Barrio Centro de la ciudad de Córdoba, por los propietarios del inmueble. Actualmente esta parcela se halla ocupada por varios locales comerciales y oficinas, por lo que la intervención denunciada fue realizada en el local ubicado en la porción noreste de esta. Este local ocupa una superficie aproximada de 120m2 y esta subdividido en tres secciones (Figura 3). Una anterior que parte directamente de la línea municipal y se extiende por unos 13,65 m de fondo por unos 5,10 m de ancho. Esta sección (S1) se encuentra a nivel de la calle actual. A continuación y separada por una serie de tres escalones (+0,51 m de diferencia en altura) se encuentra un segundo sector (S2) de unos 5,30 m de largo y 7,30 m de ancho. Un tercer sector (S3) ocupa el fondo del local y posee unas dimensiones de 4,25 m de largo y unos 9 m de ancho. Una serie de otros tres escalones separa a este local de una construcción, aun en pie de finales del siglo XIX y que no fue contemplada en el presente estudio.

Figura 3. Planta de la porción este de la Parcela 3 (Deán Funes 67) mostrando los sectores definidos y la ubicación de las cuadrículas.
Figura 3. Planta de la porción este de la Parcela 3 (Deán Funes 67) mostrando los sectores definidos y la ubicación de las cuadrículas.

Al momento de comenzar los trabajos se observó la presencia de una trinchera ubicada a 1,60 m de distancia de la pared este y que avanzaba sobre todo el largo del primer sector (S1) hasta el pie de la primera serie de tres escalones. La superficie afectada alcanzó los 13,65 m de largo por un promedio de 0,50 m de ancho (9,8% de la superficie del sector 1). En el segundo sector (S2) se observó la remoción del piso y contrapiso de una zona que correspondía a casi la totalidad del mismo, quedando sin intervenir un espacio de unos 1,50 m de ancho desde la pared este del local. En este caso, en la primera visita, no se pudo constatar la profundidad que alcanzó la intervención ya que el piso estaba cubierto por escombros parcialmente consolidados con cemento. El tercer sector (S3) no se hallaba intervenido.

Un elemento notable que se pudo observar en esta primera inspección fue la presencia de una acumulación de cantos rodados de tamaño medio (“piedra bola”) que se hallaban junto a la remoción del piso del segundo sector, lo que indicaría la presencia de un muro que respondía a técnicas constructivas de los siglos XVII-XVIII.

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA

Los trabajos se comenzaron en los sectores ya intervenidos (S1 y S2) con el fin de recuperar la cultura material que se hallaba en los sedimentos removidos por la intervención previa. Luego se continuó en el S3 ya que el plan de obra civil contemplaba la utilización de una parte del mismo.

En primera instancia se diseñó un plan de intervención que incluía una exploración de la zona de zanja intervenida en el sector 1 a través de dos cuadrículas de 0,9 m de lado con el fin de observar el daño producido y la estratigrafía previa del lugar. La localización de estas se hizo coincidir con el lugar donde se necesitaba intervenir el subsuelo para plantear una serie de columnas que harían de apoyo de un muro para subdividir el local. Asimismo se planteó en el Sector 2 una cuadrícula de 1,5 m de lado y en el Sector 3 una cuadrícula de 2,30 m por 0,8 m.

En una segunda instancia, en el Sector 2, sobre la base de los restos hallados durante la intervención arqueológica se procedió a la ampliación de la superficie excavada llegando a un total de 18,34 m2.

Excavación arqueológica en el sector 1

En este sector solo se procedió a plantear dos cuadrículas en los lugares designados para la cimentación de columnas para el sostén de una pared divisora del local. Nuestra intervención consistió en el análisis de perfiles y del contenido, ya removido, de la zanja realizada previamente por los contratistas. Esto se decidió a los fines de no excavar en sectores que no fueran a ser perturbados por la obra civil y de este modo preservar estos contextos para excavaciones futuras.

Las cuadrículas fueron designadas a partir del número 2, dejando la posibilidad de plantear una sobre la línea municipal (cuadrícula 1 no realizada).

Cuadrícula 2: ubicada a 4,50 m de la línea municipal, a 1,50 m de la pared este y a 2,50 m de la pared oeste. Sus dimensiones fueron de 0,90 m de largo (dirección N-S) y 1,10 m de ancho (dirección E-W). Se procedió a la recuperación de todo vestigio material cultural hallado en el sedimento removido previamente (UE3). Se identificaron en total cuatro unidades estratigráficas denominadas UE1 y UE2 (piso y contrapiso actual), UE3 que corresponde a los rellenos de las intervenciones modernas y la UE4 ubicada a los 0,40 m de profundidad y que correspondió a una viga realizada en hierro y hormigón con la presencia de cuatro hierros dispuestos para anexarle la columna. Por ello se decidió no seguir interviniendo el subsuelo en este lugar.

En esta cuadrícula se hallaron diversos restos de cultura material tales como objetos confeccionados en metal, vidrios, restos óseos faunísticos. Asimismo se halló una gran cantidad de fragmentos de ladrillos de diversas tipologías, pero que en general presentaban atributos que los permiten asignar a los siglos XIX y XX.

El perfil de 0,40 m de profundidad mostró la superposición de la UE1 con un relleno de apariencia moderna en toda su potencia (UE2 y UE3).

Cuadrícula 3: ubicada a 3,50 m al sur de la Cuadrícula 2, a 1,50 m de la pared este y a 2,50 m de la pared oeste. Sus dimensiones fueron de 0,90 m de largo (dirección N-S) y 1,10 m de ancho (dirección E-W). Se procedió a la recuperación de todo vestigio material cultural hallado en el sedimento removido previamente. Se identificaron las mismas unidades estratigráficas de la cuadricula descripta más arriba denominadas UE1 (piso y contrapiso actual) y UE2 que corresponde a los rellenos de las intervenciones modernas, más las UE3 y UE4.

En esta cuadrícula se hallaron diversos vestigios de cultura material como tiestos de cerámica de confección similar a la indígena, otra de características formales distintas y posiblemente asociadas a una tradición hispano-indígena, fragmentos de vidrios, lozas, gres y restos óseos faunísticos. Asimismo y como en la cuadrícula 2 se halló una gran cantidad de fragmentos de ladrillos de diversas tipologías, que corresponden a los confeccionados durante los siglos XIX y XX.

A los 0,40 m de profundidad volvió a hallarse la riostra realizada en hormigón que se había identificado anteriormente. Del mismo modo el perfil de 0,40 m de profundidad mostró la superposición de la UE1 con un relleno de apariencia moderna en toda su potencia similar a lo observado en la Cuadrícula 2.

Excavación arqueológica en el sector 2

En este sector se procedió a excavar un total de siete cuadrículas centrándose en los lugares que habían sido removidos superficialmente por las intervenciones previas al estudio de impacto arqueológico.

Cuadrícula 4: En una primera instancia se procedió a plantear una cuadrícula en un lugar en el que estaba prevista la construcción de una columna. Esta coincidía con la porción sudeste del sector 2, ubicado a 3,80 m de los escalones que separan el Sector 1 del 2 y a 1,50 m de la pared este. Esta cuadrícula fue denominada 4. El tramo este de la cuadrícula, de unos 0,60 m de ancho, se encontraba intervenido y todo el material se hallaba mezclado. En este espacio de la cuadrícula se halló el lugar de donde se habían extraído la piedra bola que se observada en superficie y que formaba parte de un muro de calicanto de 0,60 m de ancho y que se desarrolla con dirección E-O.

En la zona que no había sido perturbada anteriormente se hallaron los restos del muro en pie. Además se encontró un piso realizado en ladrillo relacionado con la base de un muro también de este material cubierto en un gran tramo por sedimento orgánico consolidado y cal.

La cultura material asociada a esta cuadrícula corresponde a cerámica de características técnicas indígena, hispano indígena y colonial, asimismo se recuperaron restos de metal, vidrios, lozas, gres y restos óseos faunísticos.

Cuadrícula 6: En esta cuadrícula se registró la continuidad del muro, así como del piso de ladrillo cubierto por sedimento orgánico con restos dispersos de cal (¿barro batido?). Asimismo se observó la presencia de un pozo que atravesaba el piso de ladrillos y que se hallaba relleno con diverso material (piedra bola, ladrillos varios, etc.).

El material cultural hallado contiene restos de cerámica indígena, materiales de construcción, metal, vidrio, loza, gres y restos óseos faunísticos.

Cuadrícula 11: en esta cuadrícula se observa la continuidad del muro que ocupa el ancho total del local. Asimismo se avanzó en la excavación en profundidad de un subsector con el fin de observar las técnicas constructivas del muro antiguo observando la presencia de revoque de cal y zonas en donde se notaba una delgada capa de pintura. A los 0,30 m de profundidad desde la parte más superficial del muro se hallaron restos de ladrillos ubicados transversalmente al muro y que podrían denotar el nivel del piso antiguo. Por debajo sólo se halló sedimento compuesto mayormente por un humus negro.

La cultura material hallada en esta cuadrícula incluyó sólo a dos restos de vidrio y un fragmento óseo faunístico.

Cuadrícula 8: en esta unidad de excavación se hallaron diversas estructuras, continuidad de las encontradas en unidades vecinas. En este caso el rasgo más conspicuo correspondió a manchones de cal similares a los hallados tanto en las cuadrículas 4 como la 6 y que se encontraban insertos en un sedimento que se asemeja a restos de un piso de barro batido. En el sector norte fue posible observar evidencias de una intervención moderna que afectó este piso y que estaba rellenado con escombros similares al identificado como UE17. En esta cuadrícula se halló sólo un fragmento de teja.

Cuadrícula 7: Se encontraron dos estructuras similares a las descriptas para las cuadrículas 8 y 4 (sedimento que contenía manchones de cal y piso de ladrillos). También se halló la hilada inferior de un muro de ladrillos. La cultura material recuperada corresponde a cerámica de manufactura indígena, metal, vidrio, gres y restos óseos faunísticos.

Cuadrícula 10: esta cuadrícula sólo fue intervenida en su porción oeste, ya que se constató que este sector había sido removido por movimientos de tierra de la obra civil moderna. De todas maneras pudo recuperarse metal, gres y restos óseos faunísticos.

Cuadrícula 9: En el sector sur se observó la continuación del piso de ladrillos y parte del muro del mismo material hallado en la cuadrícula 8. En cambio en la parte norte de esta cuadrícula pudo observarse un cambio en las estructuras halladas. Este cambio se halla representado por la presencia de una probable base de columna y más hacia el norte un cambio en el tipo de ladrillos que conforman el piso. En este caso pasan de ser rectangulares a ser cuadrados con una medida que oscila en los 0,20 m por 0,20 m.

Excavación arqueológica en el sector 3

Cuadrícula 5: En esta última cuadrícula se hallaron diversas estructuras. En primer lugar la presencia de una pared adosada al muro antiguo, también construida con piedra bola y con intercalación de ladrillos de tipo “bovedilla”, todo unido por cal. Por otro lado en el sector este se encontró una intervención producto de obras de desagüe de una cámara séptica ubicada en el vértice sudeste de la cuadrícula. En este caso, el caño es de hierro fundido, pudiéndolo ubicar temporalmente dentro de obras civiles del siglo XX. Los ladrillos asociados al escombro y consolidación del piso donde se apoya el caño también presentan características de este periodo. Entre ambos rasgos (muro adosado y obras de desagüe) se halló un sector de la cuadricula que contenía sedimento húmico consolidado con presencia de desechos, lo que podría significar un pequeño evento de descarte de basura. En esta intervención la cultura material hallada corresponde a cerámica indígena, hispano indígena, tejas, vidrios, gres y material óseo faunístico.

ESTRATIGRAFÍA ARQUEOLÓGICA (MATRIZ DE HARRIS)

En vista de la larga historia de ocupación del terreno y la complejidad de los materiales que componen su fábrica se procedió a la descripción de los límites y relaciones de las unidades estratigráficas (Tabla 1) siguiendo la metodología de la “Matriz de Harris” (Harris 1991). Esta metodología se basa en una descripción sistemática y objetiva de la estratigrafía arqueológica. Esta descripción es luego graficada mediante diagramas que permiten ver las relaciones entre los diversos componentes. Como resultado se obtiene una secuencia que contempla superposiciones, intervenciones y una sucesión temporal del conjunto estudiado.

En principio se realizó una descripción general de los límites entre unidades que podían ser observados a simple vista. Luego se procedió a la toma de fotografías digitales con una cámara Panasonic Lumix DMCS3. Con esta se tomaron fotografías de todos las UE en una resolución de 3 mega píxeles. Cada fotografía fue sacada a una distancia de 1,5 m. Se tomó esta decisión debido a la irregularidad de las superficies. Además se tomaron acercamientos de algunos de los rasgos más importantes hallados en este análisis. Esto luego se volcó en un gráfico que representó los rasgos arquitectónicos y/o de estructura más relevantes. En base a esto se logró la interpretación de la ubicación de estas últimas, las cuales son graficadas en las Figuras 4 y 5

Tabla 1. Unidades estratigráficas definidas para las excavaciones en Deán Funes 67.
Tabla 1. Unidades estratigráficas definidas para las excavaciones en Deán Funes 67
Figura 4. Interpretación de la estratigrafía de las porciones intervenidas siguiendo los criterios de la Matriz de Harris.
Figura 4. Interpretación de la estratigrafía de las porciones intervenidas siguiendo los criterios de la Matriz de Harris
Figura 5. Planta de los sectores 2 y 3 mostrando los rasgos arquitectónicos más relevantes.
Figura 5. Planta de los sectores 2 y 3 mostrando los rasgos arquitectónicos más relevantes.

RASGOS DE IMPORTANCIA ARQUITECTÓNICA

Materialidad y composición del muro antiguo (calicanto)

Como se expresó más arriba, uno de los elementos arquitectónicos hallados corresponde a la porción inferior (base) de un muro de manufactura antigua. La composición de este es homogénea y no expresaría la existencia de intervenciones sobre el mismo a lo largo del tiempo más allá del plano de destrucción identificado a nivel del piso moderno. Los rasgos más relevantes de esta estructura son:

  1. Piedra bola: durante la inspección ocular, se pudo verificar la utilización de la piedra bola como parte en la confección del muro. Las piedras detectadas no presentarían degradación química específica que perjudicaría sus condiciones estructurales internas, aunque por las condiciones generales de hallazgo presentan acumulación de sedimentos y en algunos puntos exportación del material por parte de intervenciones posteriores.
  2. Revoques: se detectaron sectores de revoques a la cal. Aquellos más antiguos, y posiblemente de valoración histórica, se encuentran en un mediocre estado de conservación. Se visualizan perdidas del material, desprendimientos, descohesión, disgregación, adherencia de sedimentos y sectores faltantes debido a intervenciones tales como demoliciones.
  3. Pinturas: se identificó en pequeñas superficies, la presencia de pintura en muy mal estado de conservación. No se pudo apreciar a simple vista la presencia de decoración o dibujo específico. Posiblemente correspondiera a terminación y/o decoración aplicada sobre los revoques a la cal.
  4. Estructura: Podemos interpretar al muro, por sus características estructurales, como “portante”. El muro está compuesto por mampuestos artesanales de diferentes confecciones, así también como los tipos y espesores de mezclas y revestimientos. Esta configuración mixta y variada da la conformación del muro, que según lo que se pudo registrar, mantiene características de homogeneidad estructural gracias a su espesor.

LOS OBJETOS ARQUEOLÓGICOS

El número total de restos recuperados asciende a 459 para los tres sectores (Tabla 1). El sector 1 es el que presenta más restos del total recuperado (43,35%) aunque su contexto se hallaba disturbado por la intervención hecha para realizar la viga de concreto (riostra). De todos modos, la variabilidad de material es amplia habiéndose hallado fragmentos de cerámica de distinto tipo de manufactura y que identificamos como de manufactura indígena, hispano indígena y un tercer tipo recubierto por un engobe rojo. En cuanto al primer tipo podemos definirlo como cerámica utilitaria, de confección artesanal, sin la utilización de torno y siguiendo la técnica tradicional originaria. Morfológicamente es similar a las definidas para los conjuntos domésticos de sociedades prehispánicas originarias de la Provincia (Dantas y Figueroa 2008). En general se encuentra en estado fragmentario y presenta restos de hollín adherido a la parte externa. Respecto al segundo tipo podemos definirlo a partir de sus características composicionales similares a la anterior pero con morfologías afines a los conjuntos hispánicos. Por último, la cerámica con engobe rojo se caracteriza por la presencia de este tipo de acabado en su superficie externa, aunque por ser una técnica de uso indistinto a las distintas tradiciones (originarias e hispánicas) no ha sido posible su asignación a uno u otro conjunto.

Otros objetos recuperados corresponden a clavos actuales de hierro de sección redonda que presentan estampados de tipo industrial, distintas variedades de vidrios (tanto planos como fragmentos de botellas), loza pintada, fragmentos de caño (pluvial o cloacal) de cerámica. En la cuadrícula 2 se halló una lasca de cuarzo.

Este último hallazgo junto con la ausencia en el relleno de materiales asignables a restos de ladrillos y tejas presenta una primera diferencia respecto a lo hallado en los sectores 2 y 3. Probablemente indique una cronología más antigua que lo hallado en el sector más elevado (Tabla 2).

Tabla 2. Materiales recuperados según subcategorías.
Tabla 2. Materiales recuperados según subcategorías

Finalmente, el material más abundante en el sector corresponde a especímenes óseos. Destaca la presencia de restos de ungulados grandes que basados en la identificación taxonómica de animales de este tipo de tamaño corporal pueden ser asignados a bovinos (Bos taurus) que es a su vez la más frecuente entre los restos identificados (Tabla 3).

Tabla 3. Conjunto faunístico recuperado en las excavaciones.
Tabla 3. Conjunto faunístico recuperado en las excavaciones

El sector 2 es el que posee la mayor superficie excavada representando esta un 62% del total. Sin embargo la cantidad de objetos hallados es de un total de 130 (28,32%). Dentro de esos se incluyen restos de elementos constructivos como ladrillos antiguos y tejas. También se hallaron distintos tipos de cerámica como en el sector 1. La mayor frecuencia corresponde al tipo hispano indígena. El metal se halla representado por la presencia de clavos, en tanto que el vidrio solo correspondió a fragmentos del tipo plano transparente. La loza está presente en baja proporción: dos fragmentos lisos y otro pintado.

Uno de los hallazgos más singulares fue el de una botella de gres de los utilizados como envase de cerveza (Schavelzon 1987). Fue hallado en la UE 17 como parte del relleno que se encontraba por sobre un piso de ladrillos. Esta botella posee un sello que la identifica como procedente de la fábrica H. Kennedy de Escocia. Este tipo de contenedor fue utilizado en Córdoba entre los años 1866-1929.

Al igual que en el sector 1 el material más frecuente es el óseo que en este caso representa aproximadamente el 60% de los objetos recuperados. Dentro de esta categoría se notó la presencia abundante de huesos de vacunos, en los que incluimos los restos de ungulado grande ya que probablemente pertenezcan a esta categoría taxonómica. Por otro lado se identificó un tibiotarso de Anas sp. (pato) lo que aumenta la cantidad de especies domésticas en el registro faunístico.

El sector 3 está representado sólo por la intervención de la cuadrícula 5. Esta arrojó una cantidad de 103 objetos. Si comparamos la densidad de objetos por superficie excavada podemos ver que este sector presenta un valor mucho más elevado en relación al hallado en el sector 2 (56,52 ítems por m2 para el Sector 3 contra 9,62 ítems por m2 para el sector 2). Lo interesante es que casi la mitad de los objetos (n=55) provienen de la UE26 identificada a priori como un área primaria de descarte (basurero) en donde se halló desde restos de materiales de construcción hasta una cantidad significativa de restos cerámicos y huesos. Entre ellos se identificó la presencia de partes del esqueleto axial y apendicular de un carnívoro pequeño (posiblemente un félido).

DISCUSIÓN

A partir de las estructuras y cultura material observada podemos proponer de modo general una secuencia de construcción y demolición que incluye al menos tres momentos. El primero correspondería a estructuras arquitectónica datadas posiblemente entre los siglos XVII/ XVIII. El segundo incluye construcciones del siglo XIX. El tercero y último muestra intervenciones realizadas durante el siglo XX.

En cuanto al primer momento podemos decir que estaría representado por dos tipos de registro distintos. En primer término, la cultura material hallada en el sector 1 remite a conjuntos en los que no hay materiales constructivos (ladrillos y tejas), la cerámica en general es de tipo utilitaria realizada con dos tipos de técnicas distintas junto con una gran cantidad de huesos descartados que pueden haber sido parte de la alimentación en el pasado colonial de la ciudad (Izeta et al. 2013). En este sentido es importante remarcar la presencia única de fauna doméstica introducida.

Este sector se halla al nivel actual de calle y los restos provienen de una profundidad de 0,40 m por lo que es posible que estos restos correspondan de algún modo a las primeras instancias de ocupación de la parcela. De todos modos, la poca superficie intervenida no nos permite aventurarnos a hacer una interpretación sobre el uso del espacio en esta parte del terreno. El segundo corresponde al muro de calicanto hallado en los sectores 2 y 3 (UE6 y UE24) que cuentan con una composición de materiales como la piedra bola, ladrillos y cal unidos con una argamasa del mismo material. Por otro lado, los muros asociados y los pisos posiblemente podrían corresponder a parte de la misma fase constructiva y de ocupación de este espacio. De todos modos, para ello se realizó la medición in situ de diversos ladrillos con el fin de compararlos con otros de época conocida, según algunos documentos transcriptos por el Monseñor Pablo Cabrera durante los años 1785 y 1789 el Marqués de Sobremonte estandariza las medidas de los ladrillos a ser utilizados en la construcción (Uribe 2005). Esto permite de algún modo tener un anclaje temporal ya que aquellos ladrillos que coincidan con las medidas pueden ser asignados, si su contexto de recuperación o registro así lo permite, a alguno de estos años o momentos inmediatamente posteriores a estos. Esto no es un método de datación absoluto, pero sin duda permite una primera aproximación al tema de la cronología del muro. Siguiendo esta sistematización podemos ver en la Tabla 4 los valores expresados en centímetros de las dimensiones de los ladrillos cocidos.

Tabla 4. Dimensiones de ladrillos cocidos.*Normativas establecidas hacia fines del siglo XVIII (tomado de Uribe 2005).
Tabla 4. Dimensiones de ladrillos cocidos.*Normativas establecidas hacia fines del siglo XVIII (tomado de Uribe 2005)

Como puede observarse existe una correlación entre los ladrillos medidos y la estandarización propuesta por Sobremonte para los ladrillos registrados en la UE7 y UE13. Asimismo la presencia de una botella de gres completa en el relleno ubicado sobre este piso de ladrillos nos permite otra aproximación a la cronología del lugar. El estampado hallado (H. Kennedy), la forma y el color nos permiten inferir una fecha para esta botella que habría sido introducida al país desde mediados del siglo XIX (Schavelzon 1987), por lo que este piso podría ser más antiguo que esta fecha. Si fuera de este modo, entonces la comparación de los ladrillos nos podría indicar una fecha posterior a 1780 para la construcción del mismo. Esto, junto con la asociación que hay con el muro de calicanto permitiría, de manera exploratoria asignar esta construcción a uno de los primeros momentos de la edificación cordobesa, tal como lo sugiriera Kronfuss (1920). La ausencia de piedra canteada podría confirmar esta última afirmación. Con esto podemos situar a la construcción del muro con una antigüedad relativa que rondaría los 250 años calendario. Esta edad es la más conservadora pero puede extenderse hasta los 330 años si tomamos la cronología de Kronfuss (1920) para las construcciones de la ciudad de Córdoba. Recordemos que para el año 1687 ya comenzaban las edificaciones en el este de la cuadra y que los materiales incluían piedra bola, madera y cal (Luque Colombres 1980). Con esto es posible aproximarse a una antigüedad de esta porción del muro que rondaría los 300 a 250 años, ubicando su construcción en algún momento del siglo XVIII. Esto quizás pueda sustentarse en los datos obtenidos del Catastro Machado, en donde la tipología de la construcción podría asimilarse a la utilizada hace al menos tres siglos en la ciudad de Córdoba. En este sentido es notable que el muro antiguo concuerde en la ubicación en la que el catastro de fines del siglo XIX muestra la presencia de un muro.

La fase correspondiente al siglo XIX no está bien definida en la arquitectura y posiblemente haya desaparecido durante las modificaciones edilicias que dieron lugar a la tipología de la edificación actual. De todos modos la presencia de cultura material asignada a este periodo quizás nos muestre a través de su análisis diversas zonas utilizadas en ese momento.

La tercera fase pertenece al siglo XX y está presente básicamente en obras asociadas a servicios (desagües, cloacas, etc.), a los pisos y contrapisos modernos y a la estructura general del edificio actual.

CONCLUSIÓN

Si bien la antigüedad del asentamiento colonial en Córdoba es conocida, ésta siempre remite a las manifestaciones arquitectónicas que pueden ser observadas e identificadas en algunos lugares puntuales del Barrio Centro y que en general refieren a obra pública de tipo monumental (iglesias, monasterios y edificios públicos en general). Este trabajo nos permitió sacar a luz una parte menos conocida de esta historia a partir de la intervención hecha dentro de un local actualmente utilizado para actividades comerciales.

En base a lo hallado podemos afirmar que la intervención arqueológica realizada nos permitió observar e interpretar parte de la historia de ocupación del área circundante a la plaza central de la ciudad de Córdoba a través de otro tipo de evidencia que no fuera meramente arquitectónica. Aunque la estructura más conspicua hallada fue el muro presente en la porción media de la Parcela 3 el cual posee un alto valor arqueológico y patrimonial. Este bien presenta valores materiales, compositivos e históricos sobre formas y modos de construcciones pasadas que pueden ser comparadas con otros de una cronología similar y que aún se hallan en pie ya sean de obra pública como la Catedral de Córdoba o el Cabildo de la Ciudad, o de obra privada como el caso del muro aun en pie de la parcela ubicada en Buenos Aires 146 (ubicada a sólo una cuadra de distancia hacia el sudeste).

La articulación de estos resultados con futuras intervenciones similares aumentará la información sólo accesible por su ubicación, a este tipo de intervenciones arqueológicas. En este sentido las intervenciones controladas del subsuelo nos permiten adentrarnos más en el conocimiento de las formas de vida de un pasado reciente que sin embargo sigue oculto a quienes todos los días transitan por el área fundacional de la ciudad.

AGRADECIMIENTOS

A José Hierling y Roxana Cattáneo por contactarnos para realizar el trabajo arqueológico. A la Sra. Miriam Rueda por permitirnos trabajar en la parcela de su propiedad. A Carolina Mosconi por la colaboración en la traducción. A todos quienes intervinieron para que los estudios de impacto arqueológico sean obligatorios ante cualquier intervención del subsuelo que quiera realizarse en el área central de la ciudad de Córdoba. A los evaluadores anónimos y a los editores de la Revista por los comentarios que sirvieron para mejorar el presente trabajo. De todos modos cualquier error u omisión es responsabilidad de los autores.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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FUENTES CONSULTADAS

Machado, A. 1889. Catastro de la Ciudad de Córdoba. Archivo Municipal de la ciudad de Córdoba. Plancha 33.

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