Son cuatro trabajos que se ocupan del tema. El primer sobre sitios rurales en el partido de Magdalena y en el propio pueblo en la provincia de Buenos Aires (Argentina), el segundo de una plantación con esclavos de los jesuitas en Minas Gerais (Brasil), el tercero en la región nororiental de Cuba y el cuarto sobre alimentación de los loberos en la Antártida Argentina.
María Soledad García Lerena y Luis Manuel del Papa en De pueblos, puestos y almacenes rurales: un análisis zooarqueológico comparativo (fin del siglo XIX, partido de Magdalena, Buenos Aires). Se trata de excavaciones realizadas en tres sitios, dos rurales: Estancia Bertón y El Santuario 1, el tercero un sitio urbano –Araldi- en el casco del pueblo de Magdalena. Si bien lo rescatado cuantitativamente fue algo bajo, permitió obtener conclusiones que compararon con trabajos anteriores en áreas rurales. Con buena metodología, en particular el análisis comparativo de los tres sitios. En los sitios rurales la predominancia es de Ovis aries, seguida de Gallus gallus en un caso y en el otro de Bos taurus. Contrasta con el sitio urbano, más equilibrado entre las especies anteriores, siendo llamativo el uso de fauna silvestre, algo no observado en los sitios rurales. Pero en los tres sitios domina la fauna doméstica.
Gerardo Pereira de Morais Jr. y Luis Claudio Pereira Symanski en Identidades y prácticas alimentarias en la comunidad esclavizada del Colegio de los Jesuitas de Campos dos Goytacazes (RJ) se refieren a la excavación (2012 y 2014) de dos barracas donde vivían esclavizados africanos, mulatos y pardos. Cronología entre 1760 y 1860. La metodología aplicada en los resultados permitió conocer diferencias de consumo entre las dos barracas, no solo en las comidas, sino también en la loza usada para las comidas. En un caso hay bastante evidencia de caza, que implicaba un tiempo libre que tenían un grupo respecto al otro como asimismo el uso loza más fina. Estos datos permitieron a los autores articular que había una diferencia entre los grupos que ocupaban las barracas. El estudio de cortes en la carne de animales domésticos, provista por los que controlaban la plantación, demuestra que se brindaban cortes donde la carne era de menor rinde, común para todos.
Lourdes del Rosario Pérez Iglesias en Zooarqueología en tiempos históricos la autora hace una revisión de la Zooarqueología en Cuba. Se incluye la Habana Vieja, Camagüey, Santiago de Cuba y en particular la región nororiental – en la región de Holguín- de la isla donde hay contextos muy tempranos hispano indígena. Se revisaron unos 35 sitios, donde solo en 20 hay elementos de origen hispano, con información zooarqueológica solo en 12. En estos solo en 6 hay fauna de origen hispano. La mayoría de los sitios solo presenta un listado de especies.
El sitio más interesante parece ser El Chorro de Malta, donde en la excavación entre 1986 y 1988 determinó una ocupación de 22.0000 metros cuadrado, donde en el centro hay un cementerio. Hubo más excavaciones en el 2006. Se ha trabajado con universidades de Holanda y USA (Pennsylvania). Se han aplicado metodologías dentro de los parámetros actuales desde el año 2000. La autora en la actualidad está revisando material. Se ha determinado un consumo importante de Sus scrofa.
María Jimena Cruz, Entre huesos congelados, discutiendo algunos aportes de la zona arqueológica a los estudios de la industria lobera (Antártida, siglo XIX) en un trabajo realizado por la autora en las islas Shetland del Sur, en época reciente, que complementa lo investigado por otros autores sobre el tema. Se excavaron dos recintos en el sitio Punta Varadero (península Byers). Se consideraron dos tipos de recursos. Los provistos por los barcos que los transportaron, y los que brindaban el entorno donde cazaron los loberos (que fueron dominantes). Los resultados están bien presentados con una metodología apropiada. En las conclusiones hace notar que las comidas en el campamento terrestre eran iguales para todos, de recursos que ellos mismos se procuraban con la caza, aunque disponían de víveres aportados por el barco, aunque en menor escala. Además al presentar la comida en los barcos loberos en navegación había diferenciación en la comida según la jerarquía de los tripulantes.
En resumen, son trabajos de interés general y en especial para los que trabájanos en Zooarqueología Histórica, que muestran la información no solo de caza y recolección, sino también de otros aspectos que se relaciona con la alimentación.